El sondeo realizado por el equipo del profesor Antonio Rial Boubeta, entre 3.400 jóvenes, constata que existe una relación directa entre los videojuegos violentos, tipo GTA o Call of Duty y el incremento de casos de ciberacoso.

Entre los que se divierten con este tipo de videojuegos aumenta no solo la probabilidad de que acosen a otros sino también las opciones de que se conviertan en víctimas. La razón es que se trata de videojuegos que se juegan en red y provocan piques y enfados entre los jugadores que pueden derivar en ciberbullying.

Las cifras lo demuestran. El 12 por ciento de los jóvenes de 12 a 18 años que son víctimas de acoso juegan a estos videojuegos frente al 7,90 por ciento de los que no participan. Y lo mismo ocurre entre los agresores: entre los jugadores el 11,7 por ciento es autor de ciberacoso, frente al 7,4 por ciento de los no jugadores.

La diferencia es más evidente en las chicas y los más pequeños. Si no juegan, solo hay un 8,30 por ciento de mujeres víctimas, mientras que si son jugadoras aumenta al 17,30 por ciento. Y en los niños de 12 a 13 años se duplica el riesgo de sufrir ciberacoso.

"Falta supervisión y control en casa", alerta el profesor de Psicología Antonio Rial Boubeta. Y ésa es una de las claves para reducir las prácticas de riesgo relacionadas con internet. En su estudio constata que la vigilancia parental y el establecimiento de límites y normas ayuda a reducir las tasas de sexting casi a la mitad.

Solo el 5,4 por ciento de los jóvenes que están controlados por sus padres envía fotos suyas o vídeos de contenido erótico o sexual, mientras que cuando no hay supervisión el porcentaje se eleva al 10,7 por ciento.

También se reducen las coacciones. El 7 por ciento frente al 8,6 por ciento si no hay supervisión de los padres.

Sin embargo, lo que resulta bastante efectivo es impedir al chaval que duerma con el móvil en la habitación para que no pueda usarlo en horario nocturno. Solo un 3,9 por ciento de los adolescentes que no pueden usar el teléfono a partir de la medianoche envían fotos o vídeos suyos de contenido íntimo, frente al 15,3 por ciento entre quienes lo utilizan a partir de las doce de la noche. Y hay menos coacciones (4,6 por ciento frente al 12,4 por ciento) y menos chantajes (1 por ciento frente al 2,4 por ciento).