A los once años de media los padres gallegos compran el primer móvil a sus hijos. Pero son vulnerables y se exponen a sufrir acoso, coacciones o chantajes. Estas prácticas están cada vez más extendidas y las "estrategias de prevención no están funcionando". Lo asegura Antonio Rial Boubeta, profesor de Psicología de la Universidade de Santiago y autor de numerosos estudios sobre consumo de alcohol, drogas y otras adicciones que afectan a menores. En su último informe pone cifras a los riesgos de internet. Más de 14.000 adolescentes gallegos (el 9,4 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 18 años) son víctimas de ciberacoso. Otros 13.700 envían fotos o vídeos de contenido erótico o sexual por internet y uno de cada cuatro lo hace presionado o coaccionado. En los casos más graves, unos 2.400 han llegado a ser chantajeados con difundir alguna de estas imágenes. Pero además otros 20.000 adolescentes quedan con personas que no conocen tras haber contactado con ellas en las redes.

Lo más alarmante es que las cifras van en aumento. En 2014 los jóvenes víctimas de ciberbullying eran el 8,9 por ciento. Ahora ya son el 9,4 por ciento. Además hay un 8,8 por ciento de chavales (unos 13.000 en Galicia) que acosan a sus compañeros, un porcentaje bastante más elevado que el 6,8 por ciento de hace tres años.

Y el problema es que las víctimas terminan reproduciendo esas conductas de abuso con otras personas. Esto explica que casi la mitad de los acosados en la red son también acosadores. "Por lo tanto, no debemos preguntarnos si mi hijo puede estar sufriendo acoso en la red, sino también si puede estar acosando a otros", advierte Rial Boubeta.

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El estudio desmonta algún tópico, como que los niños agreden por las redes más que las niñas. Las diferencias por sexo son menores. El 9 por ciento de los chavales son acosadores frente al 8,6 de las chicas.

"Tampoco podemos atribuirlo a chiquilladas que desaparecen con la edad", aclara el experto. El mayor porcentaje de agresores está en el tramo de edad de 17 y 18 años (unos cinco mil jóvenes). Aún así, hay 1.700 niños de 12 y 13 años que también son autores de ciberacoso en las redes (el 3,9 por ciento del total).

Una práctica bastante frecuente es el sexting, que consiste en enviar o recibir imágenes o vídeos de carácter privado y con un contenido erótico o sexual. Casi 35.000 chavales aseguran haber recibido alguna imagen de este tipo de alguno de sus amigos. Y más de 13.700 reconocen haber enviado fotos suyas y uno de cada cuatro lo hizo además tras sufrir presiones o coacciones.

El porcentaje de chavales que envían imágenes de contenido íntimo por internet casi se duplicó en tres años: del 4 por ciento de jóvenes de 12 a 18 años se pasó al 9,2 por ciento en 2017.

En el sexting sí existe diferencia entre sexos. Las chicas envían más fotos o vídeos que los chavales (7,7 por ciento frente al 10,6 por ciento). Y, por el contrario, los varones reciben más imágenes de contenido erótico o sexual. Aunque lo grave es que las mujeres sufren cuatro veces más coacciones que los chicos. En los chantajes, sin embargo, apenas hay diferencias por género.

Otro falso mito que hay que desterrar es que el sexting es algo típico de la preadolescencia. Las mayores tasas se dan en la franja de 17 a 18 años.

El grooming es otra práctica de riesgo: la mitad de lo adolescentes gallegos aceptan en las redes sociales a personas que no conocen de nada y el 17,4 por ciento, unos 20.000, queda con ellos.