La gestión del caso Quinteiro detonó el pulso interno que mantienen los integrantes de una alianza de delicados equilibrios, un elemento que tensionará la elaboración de candidaturas para las municipales del año que viene, en las que Podemos quiere coaligarse con las mareas y no diluir sus siglas. En ese contexto, el partido de Pablo Iglesias realizará una "reflexión profunda" sobre su alianza tras el anuncio de Villares de someter a la voluntad de las bases el futuro de su compañera y pedir su dimisión.

La líder de Podemos en Galicia, Carmen Santos, no concretó el objeto de esa reflexión y si pasaría por hacer valer su peso en la Cámara -cuenta con 7 de los 14 diputados de En Marea, aunque todos se integraron a título individual, pues Podemos enterró su marca en las autonómicas de 2016-, aunque sí aseguró que la meta es "fortalecer" el grupo parlamentario. "No nos votaron para estas batallitas [...], sino para ofrecer un proyecto", dijo.

Santos se mostró muy crítica con la postura de Villares y le recordó que "nadie en el espacio del cambio puede asumir el discurso del PP" sobre Quinteiro e incluso le pidió ser "valiente y feminista después del 8-M", pues considera que los ataques a su compañera son machistas. "Paula es una buena trabajadora, cometió un error y pidió disculpas", indicó tras diferenciar una discusión con la Policía que no generó ninguna denuncia con casos de corrupción en el PP. "No está para dar lecciones éticas", añadió.

El caso fue analizado por el partido a nivel estatal y no vulneró su código ético, aunque Santos no abordó la cuestión con Iglesias.

Sobre las municipales, Santos pidió respeto de sus aliados para que Podemos figure en la papeleta como quieren sus bases y recordó que ya se optó por esa vía en las generales de 2015. "A nosotros no nos sobran la siglas de nadie", dijo.