Antes de su comercialización, un medicamento recibe luz verde de las autoridades sanitarias. La labor de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es garantizar a la sociedad la "calidad, seguridad, eficacia y correcta información" de este tipo de productos. Pero ¿qué ocurre con las aplicaciones, apps, relacionadas con la salud que proliferan en el mercado? La Xunta considera que su "proliferación", su "distinto grado de fiabilidad y calidad" y su "permanente actualización tanto en funcionalidades" como en "características técnicas", "hacen compleja la toma de decisión de los pacientes en cuanto a su utilización y generan incertidumbre hacia la adecuación para la autogestión de la enfermedad".
En esa línea, cuando se planteen para un uso asistencial, la Xunta ve "necesario" un proceso de "control y validación en cuanto a su calidad técnica y seguridad de la información" que gestionan. Sobre todo, avisa, si de cara a una mayor eficacia se tienen que integrar con información de los pacientes que conste en el sistema sanitario. Por ello, ha anunciado la contratación de una plataforma de homologación de apps, tarea a la que destinará unos 495.000 euros, cofinanciados en un 80% por fondos Feder.
Los "deberes" proceden de los propios pacientes. En concreto, la necesidad fue detectada tras una fase de consultas a más de 40 asociaciones que participaron en el proceso de definir cómo "empoderar" al paciente, una de las líneas de actuación de Código 100, un programa de innovación que busca desarrollar tecnologías aún no existentes a través de la contratación pública de innovación, para afrontar el reto de una sociedad envejecida, en el que se encuadra la demanda de Sanidade.
Se trata del desarrollo de "una plataforma para la identificación, gestión del proceso de homologación y distribución de dispositivos o apps de nueva creación o existentes con el objetivo de asegurar el acceso a pacientes y otros actores dentro de un proceso de salud a recursos, dispositivos, apps
Si la AEMPS registraba a finales de 2016 un total de 16.800 medicamentos autorizados (en más de 29.000 presentaciones diferentes), según la Consellería de Sanidade "se calcula que existen actualmente más de 200.000 apps dirigidas a distintos colectivos de ciudadanos y pacientes, y este número aumenta de forma constante" y "exponencial". ¿Cómo separar la paja del grano cuando se trata de herramientas que "pueden afectar a la salud"? Porque al final el objetivo es que tanto profesionales sanitarios como ciudadanos y pacientes accedan a estas soluciones, que pueden ir asociadas a sensores para medir parámetros corporales, "de manera segura e informada". Para ello el Sergas que permitirá a las distintas entidades de desarrollo homologar y validar su solución. Se basa en la acreditación por un tercero, una entidad de auditoría independiente que antes debe ser reconocida como tal por la Xunta, del cumplimiento de unos requisitos que Sanidade publicará en su web. Para ello, indica, el nuevo sistema debe permitir un registro electrónico de las solicitudes de homologación y proporcionar un soporte para la gestión del proceso y facilitar las pruebas. Luego el repositorio a construir deberá facilitar la distribución de las soluciones que reciben luz verde. Sin olvidar, apunta Sanidade, un proceso de "vigilancia" o "revisión" de las apps homologadas por si hay cambios en la versión.
En la página É-Saúde, el Sergas distribuye fichas "creadas y revisadas por profesionales del Sergas" que, si bien no sustituyen al consejo médico, sí "ofrecen información fiable y de utilidad" sobre varios temas, e incluyen ejemplos de apps como pueden ser "TeleCumple", dirigida a mejorar la adherencia terapéutica de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal; el test "Kidmed", para valoar la calidad de la dieta infantil o adolescente; una app para "calcular el riesgo de osteoporosis" o "YoTeCuido", enocada en el Alzheimer.
