La dispersión geográfica de Galicia, complicada en no pocas ocasiones por la orografía y condiciones climatológicas adversas, hace que los servicios de emergencias a veces no sean tan rápidos como sería lo deseable. Y dado que el tiempo es un factor de vida o muerte cuando se produce una parada cardíaca, en la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061 entienden que una posible manera de abordar el problema es "que todos seamos el servicio de emergencias, por lo menos en un primer momento".

Así lo considera el xefe de Servizo de Docencia e Investigación del 061, Luis Sánchez. ¿Y cómo hacerlo? Con un programa, "Acude e axuda", en el que es clave la colaboración de una red de voluntarios formados en soporte vital básico que actúan antes de que lleguen las ambulancias del 061 y cuyas bondades se han demostrado en otros países, como Dinamarca. Porque "desde que en una persona se interrumpe la actividad espontánea del corazón hasta que después ya no es posible recuperarla transcurren diez minutos y en esos diez minutos, si alguien hace soporte vital básico, reanimación cardiovascular básica, aumenta notablemente el tiempo que nos permite a nosotros (el 061) llegar para seguir con el soporte vital avanzado", explica.

Por eso los voluntarios son el centro del programa "Acude e axuda", que sus promotores, el Sergas, Cruz Vermella y la Sociedad Española de Cardiología, esperan implantar en toda la comunidad tras Semana Santa, a principios de abril, tras desarrollarlo desde noviembre de 2016 como experiencia piloto en Santiago. Hasta ahora han sido 62 personas las que se han apuntado a realizar esos primeros auxilios que pueden ayudar a salvar vidas, pero el potencial es enorme, ya que Sánchez estima en más de 40.000 personas las formadas en esa área desde el 2000.

"Ahora estamos desarrollando la estructura que nos permita llegar a cuantos más voluntarios mejor", explica Sánchez. ¿Y cómo funciona? Ante un aparente paro cardíaco en la calle, se avisa al 061, que da indicaciones de cómo actuar y manda aviso por una app ad hoc para localizar en las cercanías a dos voluntarios, uno para que haga las maniobras mientras no llegan los profesionales y otro para que localice un desfibrilador. Por eso si es importante que los voluntarios se apunten, cuantos más, mejor, también lo es que quienes dan de alta un desfibrilador en una zona pública en el registro gallego indiquen sus coordenadas exactas, la ruta de acceso y el horario en que es accesible, explica.