El PPdeG sacó ayer pecho tras la renuncia de Cristóbal Montoro a aplicar una quita a la deuda autonómica, una medida que perjudica a Galicia, pues ha sido una de las comunidades que menos ha recurrido a los préstamos del Estado para financiarse. "La opinión de Feijóo pesa y prevalece y está claro al ver que las quitas quedaron desechadas", aseguró ayer el portavoz del PPdeG, Pedro Puy. Aludía el diputado popular a la reunión de Mariano Rajoy y Montoro con los barones autonómicos, donde Feijóo fue uno de los más reacios a la propuesta de quita, una iniciativa finalmente descartada.

El diputado popular defendió que "no se puede premiar a los incumplidores", y consideró en todo caso "bueno" habilitar un mecanismo "que permita recuperar la normalidad financiera" a comunidades con dificultades. El propio Feijóo admitía una reestructuración de la deuda, en plazos o intereses, a las autonomías más endeudadas.

La oposición duda en cambio de que al final no vaya a haber quita y se agarra a que habrá una reestructuración de la deuda. "Montoro dice que no va a haber quitas pero sí un trasvase de la deuda de las comunidades autónomas al Gobierno central... Está diciendo que sí va a haber quitas", aseveró el portavoz socialista Xoaquín Fernández Leicega.

Por su parte, la portavoz del BNG, Ana Pontón, cuestionó el "neolenguaje" del PP. Para la dirigente nacionalista, no hay "nada nuevo después de la cita gastronómica del PP", en alusión al almuerzo de Rajoy con los barones del partido. A su juicio, Feijóo intentó "distersionar la realidad" al término de ese encuentro, pero el resultado "deja a Galicia fuera de juego".

El BNG entiende que Galicia sufre una "infrafinanciación" de sus servicios públicos y es "responsabilidad" de Feijóo que vaya a pagar "más deuda" que si hubiera recurrido a "fondos" que dispuso el Ejecutivo español.

Las tres fuerzas de la oposición restaron valor a la marcha atrás de Montoro, pues entiende que Galicia sigue saliendo perjudicada, desde el momento que la Xunta decidió no acogerse al plan de financiación especial que habilitó el Gobierno para las comunidades. Apostó por recortar el gasto y cuando se sumó al plan para pagar interés cero por la deuda pidió 4.754 millones, frente a los 53.005 millones de Cataluña o los 35.827 millones de Montoro. Hacienda, a cambio de condonar los intereses, exigía tutela sobre las cuentas autonómicas, y la Xunta lo rechazó.

El viceportavoz de En Marea, Antón Sánchez, lamentó "la cara" de Núñez Feijóo al rechazar la quita a la deuda por "un principio moral" cuando con su recorte del gasto público "retrasó el tratamiento a los enfermos de hepatitis C o con su decisión afectó a quienes "no pueden calentar sus casas" o son "expulsados" de ellas. "Así es su moral, inspira políticas que destrozan vidas", aseveró.

Sánchez denunció el "sobrecoste" de "cientos de millones de euros" por haber recurrido a los bancos, "los únicos beneficiarios" por los intereses que cobran, en un contexto en el que los gallegos tuvieron que afrontar "recortes". Otras comunidades, que no realizaron el mismo ajuste, "ahora saldrán beneficiadas", avisó.