El 9 de abril de 2017 se superaban los 30 grados en muchos lugares de Galicia y el mes rompía con el tópico que lo asocia a "aguas mil" al registrar solo 2,6 días de lluvia y unas precipitaciones un 83% inferiores a lo normal, el porcentaje más bajo de la serie junto al del año 1982. Esos dos rasgos, la "escasa lluvia" y el ser "muy cálido", no solo caracterizaron el mes de abril, sino que sintetizan el informe climatológico de 2017 en Galicia, un ejercicio que erosionó el tópico de su humedad y sus campos verdes y que a cambio de cielos despejados puso a la comunidad contra las cuerdas de la sequía, fenómeno del que sus ríos aún no han logrado recuperarse del todo.
Los datos los ofreció ayer la directora xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático, Cruz Ferreira, a partir del informe elaborado por MeteoGalicia que concluye que "los menos de 1.000 litros por metro cuadrado de lluvia media registrada y una temperatura de casi un grado por encima del promedio hacen de 2017 un año muy seco y muy caluroso". Así, según la información recogida por las estaciones repartidas por la geografía autonómica, la precipitación media fue de 966 litros, un 24% por debajo del valor medio de 1981 a 2010. De ahí que el año se califique de "muy seco", el cuarto que más según los registros de MeteoGalicia. Abril, el mes más húmedo por antonomasia, solo registró tres jornadas de precipitaciones y únicamente se superaron las diez en febrero, marzo y mayo.
Pero la climatología no solo escatimó a la comunidad el agua con la que abrevar el verde de su vegetación, o se la dio en versión concentrada, según la directora xeral, sino que lo complementó con jornadas soleadas, hasta el punto de que la temperatura media del año alcanzó los 14,4º, con una anomalía de 0,8 grados, casi uno. De ese modo, 2017 se alza con el bronce en el podio de año más cálido desde que existen registros, en 1961, solo superado por 2011 y 1997, y se labra la fama merecida de "muy cálido". Además, la temperatura máxima promedio anual fue la más alta de la serie, con una anomalía de 1,34º, lo que la hace "extremadamente cálida", y la mínima tampoco lo fue tanto, al situarse 0,21 grados por encima del promedio.
Otro récord del que puede "presumir" el año pasado es del número de rayos. En Galicia cayeron casi 50.000 en 2017 (47.937), un 136% más que el año anterior. Solo durante el 26 de mayo se contabilizaron casi 10.000, es decir, uno de cada cinco.
Meses anómalos
En cuanto a los meses, Ferreira destacó, además de abril, enero, por la persistencia de situaciones anticiclónicas, y octubre, que quedó marcado por la ausencia de agua (un 79% menos y solo 4,5 días de lluvia frente a los 10 que suelen tocar) y una temperatura media 2,43 grados por encima de lo normal.
A preguntas de los periodistas sobre el cambio climático, Ferreira aseguró que este "ya está en la comunidad". No obstante, prefirió aludir a 2017 como un año de "cambio de tendencia", según informa Europa Press, marcado por la "inestabilidad", por un aumento de los fenómenos adversos y noches tropicales y por un cambio en la forma de llover, "más fuerte pero no de una manera continuada".
