Fran Rodríguez, director de la Escuela Superior de Ingeniería Informática (ESEI) del Campus de Ourense, recuerda cuando se ofertaban 200 plazas de matrícula, mucho antes de la llegada de la crisis. Pero también recuerda aulas con solo 48 alumnos, cuando este tipo de titulaciones padecía un verdadero problema vocacional. Era la etapa del boom inmobiliario.

En la actualidad, que las empresas necesitan más profesionales de los que se forman en las facultades gallegas se nota incluso en las prácticas de la carrera. "De las 59 plazas ofertadas en el curso 16/17 para las prácticas de cuarto curso se cubrieron 23", explica Rodríguez. Añade que en el máster se ofertaron 37 y el alumnado se quedó con ocho. En cuanto a las prácticas extracurriculares, sobre todo para fechas veraniegas, "de los 130 puestos ofertados por empresas", los alumnos tomaron 36, según explica el director de la escuela.

De los 100 matriculados cada año suelen titularse 60. La tasa de abandono del grado, en el primer año, es del 22%. "Ocurre también que muchos alumnos tardan en acabar porque, aprobadas las asignaturas, pasan años hasta que entregan el trabajo fin de grado. Normalmente es porque se ponen a trabajar", apunta Rodríguez.