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"Te lanzas y aprendes de los errores. Yo creo en el dicho de que quien no arriesga, no gana"

Garrote con Iago Aspas, que muestra un producto de afeitado. // FdV

Estudió Biología en Vigo y trabajó durante una década como comercial. Su primera iniciativa emprendedora duró cinco años. Se trataba de una percha que tensaba las prendas justo al sacarlas de la lavadora y evitaba así el planchado. Se llamaba Ipress Clothes, que pensó durante un par de años, con el diseño de una marca de ingeniería que le ayudó a desarrollar el producto. Al final, lo que partía como una buena idea, acabó en concurso de acreedores. "Llegué a comercializarla durante unos años, en cadenas importantes de distribución, e incluso en Amazon o La Tienda en Casa", expresa Garrote.

¿Cuál fue el problema? "La financiación", responde. "Para un producto de este tipo se necesita mucha promoción. La idea era muy buena, comercializable, claro, y así fue. Pero eso no basta. La financiación fue un handicap. No tuve la suerte de contar con un business angel, que sería una de las opciones", cuenta Garrote.

Explica, por su experiencia, que lo principal es "lanzarse". "Una vez que inicias algo así tienes que hacer muchas cosas que desconocías, varios procesos y aprendes mucho. También te vas encontrando con muchos obstáculos. Al final, aprendes de los errores y los tienes en cuenta para la próxima", añade Garrote.

En países con más tradición emprendedora, como Estados Unidos, los fracasos se consideran un camino hacia el éxito. Como un entrenamiento. "Yo creo en el dicho de que quien no arriesga, no gana", apunta el joven vigués. No se desanimó y se ha embarcado en otra aventura, como responsable de la entrada en España de la marca californiana HeadBlade, especializada en productos de afeitado (especialmente para la cabeza), con casi 20 años de experiencia en EEUU y presencia en más de 40 países.

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