La crisis social, económica y política que vive Venezuela desde la llegada del presidente Nicolás Maduro al poder ha provocado la fuga de muchos ciudadanos a otros países del continente americano. Colombia, Argentina, Perú, México, Panamá o Brasil son algunos de los refugios de los venezolanos que deciden dejar su país empujados por la escasez de productos básicos y la inseguridad. Otros se atreven incluso a cruzar el charco y emigran a España, Portugal e Italia. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el flujo migratorio, el año pasado llegaron a Galicia procedentes del país venezolano 2.908 personas, más de la mitad -unos 1.492- españoles que emigraron en su día o sus descendientes que también tienen derecho a nacionalidad española. Los 1.416 restantes son venezolanos extranjeros que si después de tres meses como turistas en Galicia no encuentran empleo y siguen en la comunidad estarán en situación irregular.

Los casi 3.000 venezolanos que se asentaron en la comunidad gallega el año pasado son un 61% más que los 1.802 que emigraron el ejercicio anterior y el cuádruple que los apenas 650 que lo hicieron en 2013, año en el que Maduro se convirtió en mandatario de la República Bolivariana tras ganar las elecciones presidenciales en abril de ese año tomando el testigo del fallecido Hugo Chávez.

Casi la mitad de los que llegan se decantaron por la provincia coruñesa, donde se instalaron 1.340 personas procedentes de Venezuela, un 60% más que los que llegaron en 2015 y, al igual que a nivel autonómico, cuatro veces más que los casi 300 que vinieron en 2013. El eje atlántico es la zona preferida para iniciar una nueva vida tanto de los retornados que vuelven a sus orígenes como de los extranjeros que huyen en busca de un futuro más próspero. De hecho, después de A Coruña, la provincia de Pontevedra es la que más gente de este país recibió el año pasado, con casi 930, la tercera parte del total. En este caso el crecimiento fue del 72% solo en el último ejercicio y casi el cuádruple respecto al inicio de la legislatura del presidente Maduro.

Aunque en números absolutos, Lugo es la provincia que menos venezolanos que cruzan el charco eligen para asentarse en Galicia es la que registró un crecimiento más elevado en el periodo de crisis del país bolivariano. Son apenas 218 los emigrantes registrados por las estadísticas del INE en 2016, el doble que el centenar del año anterior y cinco veces más que los apenas 40 que volvieron hace cuatro años. En Ourense, con 423 emigrados, el repunte es alto pero menos acusado con un 32% más de llegadas en el último ejercicio y el triple en comparación a 2013.

Mayoría de retornados

El portavoz del Foro Galego de Inmigración, Miguel Fernández, destaca que el perfil mayoritario son retornados jubilados o personas con familiares y amigos en Galicia, comunidad en la que nacieron. Pero apunta que hay muchos casos de personas sin ningún lazo con Galicia, la mayoría parejas jóvenes, que aún sin tener la nacionalidad española deciden huir de Venezuela y probar suerte "con la idea de no regresar" al país donde crecieron.