La oposición de la Plataforma Feminista Galega a la ILP es total. "Todo el texto es preocupante. No nos gusta ni el enunciado", afirma Pilar Estévez, miembro de la plataforma. Provoca rechazo especialmente que pueda ser impuesta porque "todo lo que no sea consensuado no tiene sentido y no es favorable para los niños". Para Estévez la coparentalidad "tendría que ser una práctica desde que comienza la convivencia, no una vez que finaliza". "¿Cómo puede ser que se hable de coparentalidad solo cuando termina la relación?", cuestiona. Así, considera que imponer "por decreto" esta práctica "en un momento en que las mujeres todavía estamos sufriendo desigualdad estructural patriarcal es imposible".

Esta normativa es innecesaria para la Plataforma Feminista Galega porque considera que la legislación actual ya da esa posibilidad de custodia compartida y porque se trata de "una necesidad que no existe". "Solo el 8% de las custodia que se solicitan son compartidas", aporta Estévez.

Estévez defiende que si las labores de cuidado, no solo de los hijos, se realizasen de manera igualitaria la custodia compartida se convertiría en la más habitual. "La cuestión es que no existe", dice.

La representante de la plataforma no quiere entrar a los detalles de una normativa que rechazan en su totalidad pero sí comenta uno de los aspectos más debatidos de la ILP, que con la preferencia por esta opción se puedan amparar casos de violencia machista que no están denunciados. "Un maltratador no es un buen padre. Hay muchas mujeres que no tienen sentencia pero que tienen maltrato", explica. E indica que, en caso de sentencia firme, habría que pensar en que el padre pierda la patria potestad del menor.