La virulencia de las llamas se apacigua en los montes gallegos, pero la crispación política se eleva. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, mantuvo un enfrentamiento tenso con los líderes de En Marea, Luís Villares, y BNG, Ana Pontón, que denunciaron fallos en los servicios públicos durante la crisis incendiaria que provocó la muerte de cuatro personas y arrasó más hectáreas que durante todo el periodo previo de este año. El primero acusó a sus rivales de mentir por denunciar falta de medios y precariedad y también deslizó que dos de los concellos afectados por las llamas, Nigrán y Baiona, "no quisieron tener brigadas financiadas por la Xunta". Anunció que el Consello aprobará mañana medidas de ayudas para los afectados en la comunidad y se comprometió a comparecer en la Cámara.

La Mesa del Parlamento vetó la propuesta de En Marea de dedicar el pleno de forma monográfica a los incendios, pero la nacionalista Ana Pontón centró su intervención en una catástrofe cuyo precedente data de 2006. Lamentó la falta de respuesta del Ejecutivo a su propuesta de modificar la política forestal y afeó el "despido" de brigadistas.

Feijóo replicó asegurando que la Xunta prorrogó el 1 de octubre 436 brigadistas fijos discontinuos y otros 500 el día 13 viernes, si bien el BNG mostró luego un documento en que se reconocía que su movilización se realizaría el lunes.

La tormenta política se acercaba. El portavoz socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, protestó por la alteración del orden del día -anunció una queja formal- y la puesta del foco en los incendios tras vetar el cambio propuesto días antes y arrancó el compromiso de Feijóo de comparecer en la Cámara sobre el tema, aunque este no concretó la fecha. Luego, centró su intervención sobre la política marisquera de la Xunta.

El presidente de la Cámara, el popular Miguel Santalices, reconoció su "error" y frenó la intención de Villares de abordar el tema, cortando su pregunta en reiteradas ocasiones ante sus alusiones a los incendios. A Feijóo le permitió responder sobre esa cuestión y este desveló que telefoneó a los líderes de la oposición el domingo para informarles de la situación de las llamas, aunque solo pudo hablar con Villares. "Lo localicé a la una de la mañana", indicó Feijóo, que también se puso en contacto con Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias. "Tiene más principios que usted", le espetó al líder de En Marea sobre este último.

Villares cuestionó la política de la Xunta, que palió, dijo, el pueblo organizándose para luchar contra el fuego. "¿Qué habría pasado si no hubiese llovido?", cuestionó. Más tarde, anunció una queja forman contra Santalices por "impedir" que preguntase sobre los fuegos, pero permitir a Feijóo abordar la cuestión sin limitaciones.

Durante la sesión, el titular de la Xunta proclamó que "al pueblo gallego no lo van a desunir" para poner en solfa las críticas a su gestión. Pontón blandió un recorte de unas declaraciones del líder del PP en la campaña de las municipales de 2007, un año después de la ola de fuegos que causó cuatro muertos durante el gobierno bipartito. "Con nosotros no moría gente en los incendios y con ellos, cuatro personas", dijo en Carballo. La nacionalista se comprometió a no usar las víctimas para sacar rédito político.