La parroquia nigranesa de Chandebrito amaneció ayer consternada. Las primeras víctimas mortales de la oleada de incendios que asoló ayer Galicia fueron dos de sus vecinas, Maximina Iglesias y Angelina Otero, de 86 y78 años, respectivamente. Perdieron la vida abrasadas en el interior de la furgoneta en la que habían sido evacuadas de la zona. Se desplazaban lejos de sus casas, seriamente amenazadas por el fuego, en el vehículo de otra residente, que trató de sacarlas del habitáculo sin éxito y finalmente escapó de las llamas para salvar su vida.

Ocurrió durante la tarde del domingo. Cientos de vecinos habían salido a la calle alarmados ante las llamaradas que rodeaban todo el entramado de viviendas de la parroquia. Un dispositivo de la Policía Nacional controlaba la situación. "Hubo un momento en que vieron que podíamos salir por la carretera que baja a Nigrán por Camos y se organizó una caravana", explicaban ayer desolados los vecinos que deambulaban todavía por los caminos. "Nos iban metiendo en los coches que había disponibles porque no había tiempo que perder", comentaban.

Decenas de vehículos se dirigieron al vial tras un coche policial, pero los agentes comprobaron enseguida que ese camino tampoco era viable. El fuego atravesaba la carretera mientras arrasaba los montes que la flanqueaban. Así que dieron media vuelta y ordenaron a los demás conductores seguirlos. La furgoneta en que viajaban las dos fallecidas se quedó descolgada. La intensa humareda dificultaba la visibilidad y la conductora, una vecina que ayer se encontraba en estado de shock, según indicaron fuentes oficiales, perdió el control del vehículo y se salió del vial en una curva.

El coche fue a parar al monte, a tan solo unos cinco metros del vial por el que circulaba. Pisó un tronco y tropezó con otro que lo frenó, por lo que la conductora ya no pudo moverlo para escapar. En medio del caos, la mujer salió y corrió para ponerse a salvo. Recorrió cientos de metros para regresar al centro de la parroquia presa del nerviosismo y relató que había tratado de sacar a Maximina y a Angelina del habitáculo sin éxito, por lo que no le quedó más remedio que huir para salvar su propia vida. Sufrió varias quemaduras en los brazos y horas más tarde prestaba declaración en el puesto principal de la Guardia Civil Baiona-Nigrán.

Los cuerpos permanecieron toda la noche en el lugar debido a la intensidad de las llamas, que impedían desplazarse para proceder a su excarcelación. La comisión judicial acudió por la mañana para el levantamiento de los cadáveres en torno a las 10.00 horas de ayer. Fueron trasladados al hospital Nicolás Peña de Vigo para realizarles la autopsia. Los datos del análisis forense y la investigación abierta por parte de la Guardia Civil permitirán conocer los detalles de las circunstancias de su trágico fallecimiento.