La Xunta prohibió el pasado febrero la plantación de patata en 31 ayuntamientos gallegos -13 en A Coruña y 18 en Lugo- donde se detectó la presencia de la polilla guatemalteca que afecta al tubérculo y que en Galicia entró en 2015 por Ferrol. Desde entonces, la Consellería de Medio Rural tiene instaladas más de un millar de trampas en toda la geografía gallega, en las que se recogieron en lo que va de año unas 4.465 insectos, un 65% menos que los 12.875 capturados el ejercicio pasado.

Sobre la campaña de recogida de la patata plantada en los concellos afectados, la directora xeral de Agricultura, Belén do Campo, destacó que se retiraron 365 toneladas para su destrucción, de las que 315 fueron de parcelas particulares y 50 de almacenes.

Según detallo la directora xeral al término de una reunión de la comisión técnica de seguimiento de esta plaga, la Xunta ya ha indemnizado a 667 de los 1.376 productores afectados que solicitaron compensaciones, lo que supone casi la mitad.

Medio Rural ha invertido en estas ayudas, que se podían pedir hasta el pasado 2 de este mes, 90.000 euros de los 200.000 previstos para hacer frente a los pagos. La orden del Gobierno gallego reconoce subvenciones de 70 céntimos por kilo de patata de siembra destruidas, 30 céntimos en el caso de patata de consumo y 40 céntimos por metro cuadrado en las parcelas de fincas afectadas.

Buena marcha

Belén do Campo destacó la "buena marcha" de las labores para combatir esta plaga y utilizó como ejemplo el dato de capturas de ejemplares de polilla, que se redujo de forma considerable, informa Europa Press.

En la reunión, la directora xeral también hizo un balance positivo de los controles llevados a cabo para supervisar el movimiento de patatas. Al respecto, se constató que, en lo que va de año, se realizaron medio centenar de chequeos por parte de la Policía Autonómica y de la Guardia Civil.

La comisión fue informada de la intención de la consellería de reforzar la realización de acciones conjuntas con Asturias para seguir haciendo frente a esta plaga. De hecho, el próximo martes se reunirán representantes de ambas administraciones a fin de intensificar las labores de inspección en las zonas limítrofes.

Fue en 2015 cuando se detectó la polilla en algunas plantaciones de la comunidad gallega. Se cree que llegó hasta Ferrol -una de las primeras zonas afectadas en Galicia- en patatas que trajo algún agricultor desde Canarias para plantar en su huerto. Pese a que desde entonces la Xunta aplica medidas sanitarias para combatirla, la polilla se expandió por el noroeste hacia Asturias, que cuenta con varios municipios donde se ha detectado su presencia. En Galicia se salvaron los municipios de las principales zonas productoras, como Coristanco o Xinzo.

Tanto la Consellería de Medio Rural como el ministerio del ramo se vieron obligados la pasada primavera a tomar varias medidas extraordinarias para combatir la plaga. Así, se obligó a comunicar todas las parcelas plantadas en las zonas afectadas o la prohibición del cultivo de patata durante dos años. También se ordenó el levantamiento y destrucción de los tubérculos ya plantados, tanto en este año como en anteriores.