Las bases del PSdeG eligen líder el domingo entre el militante vigués Gonzalo Caballero y el diputado Juan Villoslada, aspirantes a llenar el vacío que dejó hace año y medio la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro. El debate que celebraron ayer sirvió para aclarar poco su hoja de ruta, salvo en la pugna que libraron por atribuirse la bandera del "cambio", "fortalecimiento" y "renovación" que necesita un partido que, tras alcanzar 25 diputados en 2005 y 2009 y obtener la Presidencia de la Xunta jubilando a Manuel Fraga junto al BNG, se encuentra ahora en 14 escaños, superada en votos por En Marea. Desde entonces, el PP suma tres mayorías absolutas. Ambos se vincularon al liderazgo de Pedro Sánchez y apostaron por políticas "de izquierdas" y "galeguistas". Caballero prometió dar más peso a las bases del partido, y Villoslada se presentó como garante de la unidad.

El cara a cara estuvo marcado por la pulcritud, en contraste con el debate estatal entre Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López. Entonces, los ataques eclipsaron las propuestas. Ayer se mantuvo el tono educado en una cita en la sede socialista en Santiago, previa a la consulta a la que Caballero llega como favorito. Recibió 2.297 avales, por 1.803 de Xoaquín Fernández Leiceaga, que se retiró, y 1.790 de Villoslada.

Estas primarias, a las que sigue un congreso que el día 29 aprobará la hoja de ruta política y nueva dirección, son el cuarto intento desde 2009 de revitalizar al puño y la rosa. En 2009, un congreso dominado por el aparato eligió a Pachi Vázquez, exconselleiro de Touriño, como líder y en aquella cita Gonzalo Caballero ya se mostró como una voz crítica. En 2012, Vázquez ganó a la exministra Elena Espinosa, pero dimitió tras su batacazo electoral. Un año después, Besteiro, presidente de la Diputación de Lugo entonces, barrió al alcalde de A Illa, pero en 2016 fue imputado por un presunto caso de corrupción y dimitió. Desde entonces, una gestora dirige el PSdeG.

Esa cúpula provisional auspició el paso adelante de Villoslada, avalado también por el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso. A esos apoyos, pero sin citarlos, se refirió Caballero para poner en duda el afán renovador de su rival. Con el "exceso de poder de virreinatos provinciales", espetó el vigués, "la derecha sigue tranquila". Prometió reducir ese "poder".

Villoslada devolvió el golpe censurando el "oscurantismo" del acuerdo de su contrincante con el portavoz parlamentario, Xoaquín Fernández Leiceaga, que se retiró de la contienda el lunes para apoyar al vigués, mismo pacto, pero a la inversa, del año pasado, cuando este último desistió de competir por ser candidato a la Xunta y avaló al economista de Noia. Este contó con el impulso de la gestora, del besteirismo y del aparato de A Coruña.

Villoslada afeó que ese gesto se fraguase mientras se celebraba el 1-O en Cataluña y también advirtió a Caballero de que podía "hablar de las baronías" que lo avalaban a él. "Es una candidatura anclada en viejas formas de hacer las cosas y la que yo defiendo es capaz de llevar adelante la unión del partido", diferenció. Ambos apostaron por la unidad, aunque Caballero matizó.

El vigués replicó defendiendo la "transparencia" de un pacto que comparó con el que ofreció Sánchez a Patxi López y acusó a su compañero de ser rehén de "baronías" a las que no puso nombre, pero sí culpó del declive electoral desde 2009. También condicionó la integración a un liderazgo fuerte. "La unión por sí no es garantía de éxito electoral", aclaró. También censuró que Villoslada recordase las frases amables del PP a Leiceaga.

El cara a cara tuvo otros dos bloques temáticos -modelo económico y social- en los que ambos se ciñeron a las críticas a los recortes y la austeridad aplicadas por el PP y defendieron la inversión pública en educación y servicios sociales.