En octubre de 2015 el Ministerio de Sanidad autorizaba la comercialización de la vacuna contra la meningitis tras reservarla a dispensación hospitalaria. Atrás quedaban meses de protestas de progenitores, víctimas de la alarma social tras varios casos de muerte vinculados a la dolencia, que incluso habían peregrinado a Portugal para acceder a las dosis, presión de los pediatras, que pedían incluirla en el calendario de vacunación infantil, e incluso de intervención de la Xunta para conseguir que el Gobierno permitiese vender "Bexsero" en las boticas. Desde entonces se cumplen dos años de su venta en las boticas y la demanda del fármaco, aunque según los farmacéuticos ya no hay listas de espera, se mantiene. La prueba es que en 2016, poco más de un año después de su puesta a la venta en las farmacias, se habían vendido unas 120.000 inyecciones en Galicia, mientras que ahora, un año después, las dosis dispensadas en las boticas de la comunidad desde que se dio luz verde a su dispensación en las boticas rondan las 245.000, más del doble, según las estimaciones.
Los datos implican que los padres siguen demandando la vacuna al nivel, o más, de los primeros meses, cuando se había desatado la alarma y a pesar de que según el Sergas en la temporada de 2016 la enfermedad registraba su incidencia más baja. Con todo, y aunque los casos de fallecidos confirmados del serogrupo B suponen el 31% del total en los últimos 20 años (34 de 107, junto a otros 49 por meningitis C y 24 sin confirmar), los informes de Sanidade revelan que casi cada año el serogrupo B sigue llevándose vidas y que uno de los colectivos más vulnerables son los niños. El último informe elevaba los diagnosticados con meningitis a finales de agosto a 18, ocho de ellos del B, pero indicaba solo una muerte atribuida a otro serogrupo.
El desembolso de las familias por las dosis adquiridas en las boticas gallegas en estos dos años ascendería a casi 26 millones de euros, cantidad que no incluye ni hospitales privados ni el fruto de las excursiones al sur del Miño cada vez que la inyección escasea de este lado de la frontera. Las provincias de A Coruña y Pontevedra lideran las adquisiciones, con 129.300 y 85.000 vacunasrespectivamente, mientras en el interior se repartirían el resto. Si solo se analiza Pontevedra, se ve que la demanda este año es incluso superior al pasado: en 2016 en 12 meses se distribuyeron 40.967 vacunas, explica Alba Soutelo, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia, y este año en solo 8 meses, 31.500. Por mes significa un 15% más e implica vender 131 unidades por día de media.
Aunque la Xunta garantiza la vacuna en casos graves, en febrero el Sergas informaba en el Parlamento de que en 2016 se habían administrado en Galicia 150.000 dosis a más de 95.000 personas y de ellas solo 409 pertenecían a los grupos de riesgo que las reciben gratis.
Campaña para incluir la inyección en el calendario infantil
Aunque el tira y afloja de progenitores y pediatras con el Gobierno logró que la inmunización contra la varicela se trasladase al calendario de vacunación infantil y fuese gratuita (y no solo en los adolescentes que no pasaron la dolencia), con la meningitis B no se consiguió todavía, aunque 85.000 firmantes apoyan la demanda en change.org. En estos dos años el fármaco sufrió carestías e incluso hubo que derivar stock destinado al vecino Portugal.
Con todo, tras meses de falta de suministro, la situación por fin se ha dado por regularizada. Así lo trasladan desde los colegios de farmacéuticos gallegos. Desde Pontevedra, A Coruña y Ourense destacan que el suministro de la vacuna está normalizado y apuntan que aunque puede que no se consiga de inmediato en todas las farmacias. Ya no hay listas de espera, proclaman. Lo que no pueden es hacer una estimación de cuántos niños se han inmunizado, ya que las dosis que pueden ponerse (2, 3 o 4 tomas) varían según la edad del niño, explican desde Ourense.
