Las investigaciones del equipo de Rial Boubeta no solo ponen número a esa creciente práctica de las apuestas on line entre menores, sino que también permiten definir un "perfil" del adolescente que sucumbe a esos hábitos. Aparte del aspecto sociodemográfico -que la mitad de los que se juegan dinero en las redes tiene entre 16 y 17 años y que el 83,5% sean varones- los estudios revelan un perfil familiar y personal. Y este, explica el especialista de la Universidade de Santiago, se caracteriza "por un escaso control por parte de sus padres, elevados niveles de impulsividad" -lo que es "de especial relevancia porque la red propicia precisamente las conductas impulsivas"-, "menores niveles de autoestima" y "déficit de asertividad". Estos últimos factores los hacen "menos resistentes a las presiones del grupo y del entorno", avisa.

Este investigador recalca que el papel de los padres es "fundamental". Y añade que si los progenitores hacen "bien algunas cosas los riesgos se minimizan, pero, si no, se multiplican". Otra vez lo apoya con datos de sus estudios: cuando los padres no controlan ni limitan nada o lo hacen poco el uso del móvil e internet, las tasas de jugadores se duplican. Para el experto es "más importante aún" el implicarse. Los trabajos que coordina apuntan que cuando los padres se preocupan por enseñar a sus hijos y aconsejarles sobre el uso responsable de internet, los resultados son más evidentes y si no toman este tipo de medidas, la tasa de jugadores se cuadriplica.

Por ello, no se cansa de repetir que cree "fundamental establecer normas y límites". Para demostrar que influyen da otra vez cifras: la tasa de jugadores se multiplica por 6 entre los que llevan el móvil a clase a diario y entre los que se conectan a internet a partir de las 12 de la noche con una frecuencia similar.

Rial Boubeta recalca, como ya hizo en los estudios previos que relacionan adolescencia, drogas y uso de nuevas tecnologías, que los resultados de sus trabajos poseen "importantes implicaciones a nivel educativo y/o preventivo" al mostrar que los problemas no se dan aislados y que por esa misma razón requieren también ser abordados de forma "integral".