La cronificación de la pobreza en un porcentaje de la población gallega parece una realidad a tenor de los datos. La economía crece y el desempleo desciende, pero el porcentaje de personas que dejan de percibir el cheque mensual de la Risga para llegar a fin mes por haber logrado recursos económicos descendió el año pasado un 20%. Fueron 1.970 los perceptores que en algún momento del año paralizaron el cobro por lograr un empleo -solo 491- o algún tipo de ingreso superior a los 434 euros que, de media, ofrece la Xunta a personas con escasos ingresos. Se trata de 464 personas menos que en 2015, si bien la salida pudo ser temporal y no permanente, como matiza el Ejecutivo en sus informes sobre estas subvenciones.
La Renta de Inclusión Social (Risga) es una ayuda mensual para las personas que cuentan con menos ingresos de la cantidad que les correspondería en función de su situación familiar. Su importe medio alcanza los 434 euros al mes, pero puede incrementarse en función de las cargas familiares.
La demanda y recepción de estas ayudas constituye un termómetro del nivel de exclusión social. El año pasado, la cifra de perceptores durante algún momento del año alcanzó los 15.322, la segunda ocasión en que se superaba la frontera de los 15.000 y apenas a 297 personas del récord de 2013, en plena crisis. Tal ha sido el impacto de la recesión y sus consecuencias, que la Xunta prevé gastar este año al menos 62 millones de euros, tras dos inyecciones extra de fondos a la partida récord habilitada en los presupuestos autonómicos de 57,5.
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A pesar del contexto de crecimiento económico -el PIB gallego subió un 3,4% el año pasado, dos décimas por encima de la media estatal- y de la reducción del desempleo -en diciembre el paro registrado en la comunidad alcanzó las 205.914 personas, 22.894 menos que un año antes-, la salida de la Risga por el acceso a recursos económicos se contrajo: del 17,4% de 2015 al 13,8% de 2016, según los informes de la Consellería de Política Social. El último índice, sin embargo, mejora el 10,5% de 2014, estando aún lejos del 22,5%, por ejemplo, de 2007, un año antes de que la caída del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers arrastrase al poco tiempo a toda la economía mundial.
En el último año, además, en Galicia también se redujo la cifra de los receptores de la Risga que lograron la reinserción laboral, pasando de 633 en 2015 a 491. Este último dato, sin embargo, supera el de 2014 -268- y supone más del doble que el de 2013 -223-.
El año pasado fue Pontevedra la provincia que, con diferencia, registró el menor índice de integración laboral de este colectivo, con apenas 22 casos, por los 215 de A Coruña -128 mujeres-, los 153 de Lugo y los 101 de Ourense.
En total, Política Social registró 3.422 salidas del sistema -por no cumplir los requisitos, por ejemplo- y 2.494 suspensiones temporales del pago de la Risga, de las que 491 correspondieron a obtener un empleo.
Reforma pendiente
La Lei de Inclusión Social aprobada en 2013 aspiraba a mejorar precisamente la integración laboral de este colectivo, mayoritariamente con estudios primarios, según el perfil trazado en el informe del Ejecutivo. Pretendía hacerlo estableciendo tres tramos de cobro de la Risga, obligando a realizar cursos en el segundo de ellos y compatibilizando, en la última fase, la ayuda con trabajos esporádicos durante medio año hasta un máximo de ingresos de 954 euros mensuales. Para su entrada en vigor es necesario, sin embargo, un decreto que la Xunta prevé aprobar antes de fin de año.
