La Axencia Galega de Emerxencias dispone de una unidad operativa de vehículos no tripulados para utilizar en casos de emergencias. Es habitual que recurra a ellos en las frecuentes desapariciones de personas mayores en el rural, pero también se utilizan para otras tareas, como la supersión de eventos.

Otro frente en el que se prevé el uso de drones es el del control de los cultivos. La Administración gallega también usa los drones para examinar cada año sobre el terreno 130.000 parcelas de cultivos que se benfician de la Política Agraria Común (PAC) para comprobar que se cumplen los requisitos, secultiva lo declarado o se trabaja con respeto al medio ambiente. La Consellería de Medio Rural abrió meses atrás una consulta para identificar posibles soluciones que contribuyan a hacer más eficintes y baratos estos controles de campo. También busca reducir el tiempo dedicado a las inspecciones, aumentar el número de recintos examinados e incrementar la seguridad de la tarea.

Al tiempo, la Consellería de Sanidade trabaja para que los drones trasladen los órganos que luego serán transplantados desde los aeropuertos hasta los hospitales.

Además, también planea instalarlos en los techos de las ambulancias para que, en cuanto se tenga noticia de un accidente, lanzarlos a fin de que localicen el punto concreto del siniestro, identifiquen las mejores vías de acceso y determinen el alcance y el número de heridos. Podrán incluso dotarse de desfibrilador para que personal voluntario que conozca las técnicas de reanimación pueda utilizarlo.