Galicia marcó su récord histórico de actividad durante el segundo trimestre de 2008, cuando el valor de los bienes y los servicios producidos en la comunidad alcanzó los 14.600 millones de euros. Y llegó el pinchazo. Dos recesiones casi seguidas hasta 2012 y cuatro durísimos años después para curar las heridas más graves. Si no hay sorpresas, el Producto Interior Bruto (PIB) regional volverá a esos niveles este verano. La temporada estival, a pesar del parón generalizado por las vacaciones, suele ser buena para la economía por el tirón del turismo. Más en un momento como este, de máximos en el número de visitantes y el gasto que hacen. De hecho, ya estuvo a punto de tocar el volumen de actividad de la etapa de bonanza entre abril y junio. El PIB gallego avanzó un 0,9% respecto a los tres primeros meses del año, exactamente igual que el crecimiento estatal; y un 3,2% en comparación con las mismas fechas del pasado ejercicio, frente al 3,1% del conjunto del país, que sí ha conseguido a estas alturas volver al dinamismo precrisis.

La autonomía lo toca con la punta de los dedos. Si tenemos en cuenta la inflación -es decir, el valor de todos esos bienes y servicios a precios de hoy-, el PIB gallego superó en el segundo trimestre los 15.000 millones de euros, según el balance publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Es una cifra sin precedentes. Pero no se considera el PIB real. Para saberlo, hay que descontar ese efecto del encarecimiento en los últimos años y analizar la evolución como si los precios fueran constantes. Así, la economía de la comunidad cerró junio al 99,8% de lo alcanzado en el máximo del segundo trimestre de 2008. España se sitúa ya por encima, en el 100,4%.

La principal razón del importante avance del PIB gallego entre abril y junio está en el negocio exterior de las empresas. Las exportaciones llevan meses rompiendo su techo y eso se nota mucho en la economía. Tres cuartas partes del crecimiento interanual de la comunidad vienen de las ventas a otras regiones y países. En el caso concreto de la variación de segundo trimestre de 2017 frente a la actividad acumulada entre enero y marzo, el sector exterior lo es todo. ¿Por qué? Porque la otra parte, la demanda interna, está en negativo. No tanto por el consumo privado, que sigue a buen ritmo, sino por el comportamiento del desembolso de las administraciones.

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Vamos por partes. ¿Cómo va el gasto de las familias gallegas? Aumentó un 0,4% sobre el trimestre anterior y un 0,9% en la comparativa anual. En el global del Estado, el empuje de la demanda privada es mucho más fuerte, con alzas del 0,7% y el 2,5%, respectivamente, hasta el punto de que el consumo es lo que precisamente mueve al PIB estatal. Hay que recordar que a principios del pasado 2015, el gasto de los hogares en la comunidad llegó a subir más de un 3%.

Con el sector público pasa un poco lo mismo. Aunque agravado. El desplome trimestral es del 3,1% y del 0,9% en el cómputo anual. En cambio, el total de España, como reflejan los datos dados a conocer también ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), arroja incrementos del 0,2% y el 1,3%.

La tercera pata de la denominada demanda interna es la formación bruta de capital. En otras palabras, la inversión de las empresas. Se trata de uno de los indicadores favoritos de los expertos para medir la salud de la economía. A mayor inversión, más operatividad en las compañías y mejores expectativas de futuro. El crecimiento en Galicia de las partidas para nuevas instalaciones y equipos en las sociedades fue del 0,4% trimestral y un 2,8% anual. La comunidad encadena dos años y medio con este indicador en positivo. Pero sin la intensidad de los ejercicios de 2014 y 2015, cuando se movía alrededor del 6%. En España, otra vez las alzas son superiores: del 0,8% y el 3,4%.

Las cosas cambian en el análisis de las exportaciones. Mientras en Galicia las ventas a otros mercados escalan un 3,3% sobre el trimestre anterior y un 5,5% más que en entre abril y junio de 2016, la media del país es de un 0,7% y un 4,5%, respectivamente.

"La economía gallega aceleró su crecimiento en el segundo trimestre del año", destaca la Consellería de Facenda en el comunicado de valoración de los datos de contabilidad regional. El departamento que dirige Valeriano Martínez, que en su última revisión elevó la previsión inicial del PIB en 2017 del 2,4% a "cerca del 3%", remarca la décima de mayor avance respecto al resto del país en el acumulado anual, las cifras del consumo privado y las exportaciones y que "todos los sectores de la economía gallega continúan en positivo".

Comercio y hostelería: 7,7%

Especialmente los servicios, que se anotan un aumento de su valor añadido a la economía regional del 3,7% respecto al segundo trimestre del año pasado. Entre ellos sobresalen el comercio, el transporte y la hostelería, que llegan hasta el 7,7%; las actividades profesionales, con un 4,4%; y un 4,3% información y comunicaciones. La industria crece un 2,1%, aunque el segmento manufacturero lo hace un 5,7%. La construcción remonta un 3,8%. El sector primario se queda en un 0,6%.

Agricultura, silvicultura, ganadería y pesca compensan con la mejor cifra de creación de empleo. En el último año, campo y mar aumentaron un 3,9% los puestos de trabajo a tiempo completo. En la industria medraron un 2,9%; un 1,7% en la construcción; y un 1,8% en los servicios. La suma de todos deja algo más de un millón de ocupados a tiempo completo. Son 20.800 más que en junio de 2016 y un alza de 5.100 respecto al primer trimestre de este año.