Con la vuelta al crecimiento de la economía llegó la decisión de las administraciones españolas de echar el freno a las constantes subidas de impuestos a las que echaron mano para compensar la caída en picado de los ingresos públicos y luchar contra el déficit. IVA e IRPF tienen mucha culpa de la presión fiscal sin precedentes a la que se vieron sometidas las familias durante los años de crisis, también desde las autonomías -como el alza hasta el máximo posible del viejo "céntimo sanitario" en la venta de combustibles en Galicia- y los concellos, que pudieron reequilibar las cuentas gracias al ascenso del IBI y el rastreo de inmuebles ocultos para forzar su alta. Una parte importante de la tregua tributaria viene en forma de deducciones. Las cantidades que los contribuyentes se pueden ahorrar en la declaración porque son gastos en actividades que se quieren incentivar o beneficios fiscales, como los vinculados a la natalidad. En Galicia, las deducciones autonómicas en la renta dieron un paso de gigante durante la última campaña, la del ejercicio de 2015 que se presentó en 2016. El total supera los 23 millones de euros tras un avance del 39%. Récord histórico. Más por el aumento de la cuantía de las desgravaciones que por el número de beneficiarios. De hecho, solo seis de cada cien contribuyentes de la región acceden a los beneficios fiscales de la Xunta en el IRPF.
De las algo más de 1,2 millones de declaraciones de la Renta formalizadas en Galicia, 74.161 accedieron a alguna de las deducciones en vigor en aquel momento. El importe suma, en concreto, 23.133.500 euros. Cada contribuyente desgravó unos 312 euros. Son 80 euros más que la media del conjunto de las comunidades -salvo País Vasco y Navarra, con régimen fiscal propio-, que se situó en 232 euros: las deducciones autonómicas llegaron a 1,5 millones de españoles y ascendieron a 346,5 millones.
Desde el punto de vista de la cuantía por cada declaración, Galicia ocupa el cuarto lugar entre las mayores cantidades medias por detrás de Castilla y León (416 euros), Madrid (347) y Asturias (313). Las más bajas están en Andalucía (126 euros), Baleares (105), Aragón (98) y Extremadura (69), según los datos publicados recientemente por la Agencia Tributaria.
Sin embargo, en comparación con el volumen de contribuyentes, Galicia cae hasta lugares más discretos en el ranking territorial. Los beneficios fiscales de las comunidades llegaron al 7,6% en el global del país. Únicamente hay cuatro autonomías con menor incidencia que en Galicia: Asturias (4,7%), Baleares (3,6%), Murcia (3,1%) y La Rioja (2,8%). Estas cifras contrastan con el peso de los beneficios fiscales en el IRPF en Canarias, donde cubren al 25% de los contribuyentes; el 16% en Cantabria; cerca del 11% en Aragón; o el 9,5% en Madrid.
La principal deducción autonómica en Galicia en la última campaña de la Renta son los entre 300 y 2.400 euros por nacimiento o adopción, el función de los ingresos anuales y el número de hijos. Se agarraron a ella 38.499 gallegos, por un importe de alrededor de 14,1 millones, a una media de 366 euros. Por cuidado de hijos menores fueron casi 17.100 y 3,2 millones de euros. Por familia numerosa, 14.124 gallegos desgravaron 2,5 millones de euros.
La de alquiler de vivienda habitual benefició a 9.400 menores de 35 años con contrato de arrendamiento posterior a 2003: 2,3 millones de euros. La media por este concepto alcanza los 243 euros. Otros 5.200 se aprovecharon de las ventajas fiscales en los gastos destinados al uso de las nuevas tecnologías en el hogar (368.600 euros, unos 71 euros por declaración). Y 5.200 gallegos lo hicieron por sus donaciones en I+D (244.500 euros).
Las obras de mejora en hogares para emplear energías renovables en instalaciones de climatización y agua caliente suman unas deducciones de solo 66.000 euros (263 contribuyentes) y 5.000 euros las inversiones en empresas cotizadas en el Mercado Alternativo Bursátil (14 declaraciones).
112 millones de euros en las desgravaciones por la compra de vivienda habitual
- Además de las deducciones autonómicas, los contribuyentes pueden acogerse a los beneficios fiscales generales, que, en muchos casos, afectan tanto al tramo estatal del IRPF como al que gestionan las comunidades. El impuesto está dividido a partes iguales entre Estado y regiones dentro del sistema de financiación autonómico. Esas deducciones generales alcanzaron en Galicia en el ejercicio de 2015 más de 140 millones de euros, de los que la inmensa mayoría, 112,6 millones, corresponden a desgravaciones por vivienda habitual. Por la compra piso para primera residencia, las desgravaciones de la parte estatal en Galicia se situaron en 55,3 millones de euros; otros 709.000 euros fueron por construirla; 291.000 por rehabilitación y ampliación; y 13.000 euros por trabajos para acondicionarla a una persona con discapacidad. En total se beneficiaron 187.300 contribuyentes de la región. La parte autonómica tiene prácticamente las mismas cifras. Por incentivos y estímulos a la inversión empresarial, el total conjunto supera los 177.000 euros.
