Los pactos entre empresas para hacerse con contratos públicos al mejor precio son considerados una infracción muy grave, que el Consello Galego da Competencia tiene bajo su punto de mira desde hace años. En junio pasado sancionó ya a una empresa de seguridad por prácticas anticompetitivas en una licitación pública del Concello de Lugo y ahora por primera vez multa a dos empresas por hacer trampas en concursos de la Administración autonómica. Las irregularidades se registraron en la licitación de dos contratos para suministrar e instalar dos calderas de biomasa, en el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán y en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo. En uno de los concursos una empresa quedó de primera y la otra, con una oferta económica menos ventajosa, de segunda y en el otro contrato ocurrió justo al revés. Las firmas pactaron renunciar a las adjudicaciones en las que habían quedado en primer lugar, para que la Xunta se viera forzada a recurrir a la segunda opción, que resultaba ser más cara y más ventajosa para las adjudicatarias.

Competencia constata que esta práctica supuso "un perjuicio económico para las arcas públicas autonómicas" de 6.000 euros en la contratación de las dos calderas de biomasa, cuyo precio de licitación rondaba los 100.000 euros. Por esta razón, declara "acreditada" la existencia de una infracción muy grave. En todo caso, la multa es proporcional al volumen de negocio que manejan las firmas y, al tratarse de dos empresas pequeñas, se limita a una penalización económica de 9.354 euros a una de las firmas y de 2.132 a la otra.

Fue la propia Xunta la que denunció los hechos al Consello Galego da Competencia. El Instituto Galego de Calidad Alimentaria (Ingacal) sacó a concurso la instalación y mantenimiento de una caldera de biomasa en el Centro de Investiga ción Forestal de Lourizán por 99.745 euros y, por otro lado, licitó la del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo por 107.484 euros.

La empresa Acenda Enerxía resultó adjudicataria del suministro de la caldera en Lourizán al presentar la oferta más económica (79.253 euros) y, en segundo lugar, quedó Protosolar (83.931 euros).

En el contrato de Mabegondo fue Protosolar la ganadora del concurso al ofertar 90.286 euros frente a Acende, que quedó en segundo lugar, con 91.353 euros.

Sin embargo, al comunicar la Xunta la resolución de los concursos a las adjudicatarias para pedirles que aportaran la documentación necesaria para firmar el contrato, ninguna de las empresas ganadoras envió los papeles, de manera que la Xunta se vio obligada a adjudicar los contratos a las ofertas que habían quedado en segunda posición, lo que supuso un encarecimiento de 1.066 euros en un contrato y 4.677 euros en otro.

Los representantes de ambas empresas llegaron a mantener una reunión con el responsable de Ingacal. "Manifestaron su interés en intercambiar los contratos porque así su sede social estaría más próxima a los centros donde iban a instalar y ocuparse del mantenimiento de las calderas. Competencia acredita que es una práctica "anticompetitiva" que además supone "un daño directo" para la Administración.