Uno de cada cuatro jóvenes gallegos está en el paro. Su tasa de desempleo es diez puntos superior a la media gallega. No es una situación exclusiva de la comunidad autónoma, de hecho la UE reprendió a España por la falta de oportunidades laborales que sufre la juventud y de ahí que esta problemática se haya convertido en una de las prioridades de las políticas estatales de empleo. El Gobierno lanzó el Programa de Garantía Juvenil, dotado con más de 2.360 millones de fondos europeos, y dirigido a los menores de 30 años que ni estudian ni trabajan. Su desarrollo corresponde, sin embargo, a las comunidades autónomas que son las encargadas de diseñar las ayudas para incentivar la formación y el empleo de los jóvenes. Sin embargo, para beneficiarse de estas medidas es condición indispensable estar apuntado en el Registro de Garantía Juvenil y esto está sucediendo a cuentagotas. Desde su puesta en marcha, hace tres años y medio, en Galicia se han dado de alta 24.000 jóvenes. Son solo el 36 por ciento de los "ninis" gallegos, de manera que aún quedan fuera más de 40.000.
Y en el último año la cifra solo se ha incrementado en 1.000 inscritos, pese a que desde abril se han dado más facilidades a los jóvenes para apuntarse a los planes de empleo.
La Garantía Juvenil tiene como objetivo que aquellos jóvenes menores de 30 años, que no estén trabajando ni estudiando, puedan recibir una oferta de empleo, educación, o formación en prácticas. En Galicia, según los datos del Consejo de la Juventud de España, hay 325.290 jóvenes de menos de 30 años. Un total de 120.869 están trabajando, bien de asalariados o como autónomos, y otros 139.826 son inactivos que estudian. Quedan, por lo tanto, 65.000 "ninis",que ni estudian ni trabajan.
Según la información remitida al Parlamento por la Xunta, a julio de este año el número de inscritos en el programa era de 24.000, solo 1.000 más que los que había al cierre de 2016. Y eso que durante este año, en el mes de abril, empezó a aplicarse en Galicia la reforma del Sistema de Garantía Juvenil que facilita el acceso de estos "ninis" a los planes de empleo. Por un lado, se decidió que todos los jóvenes inscritos como demandantes de empleo en los servicios públicos de empleo estatal y autonómicos que cumplan con los requisitos quedarán inscritos en el sistema automáticamente, sin necesidad de realizar más trámites.
Y además para que un joven se pueda inscribir, bastará con que no haya estudiado o trabajado el día anterior a la solicitud de incorporarse a la Garantía Juvenil. Hasta ahora la norma era mucho más restrictiva, ya que se pedía haber estado tres meses sin recibir formación o los treinta días sin haber trabajado.
A pesar de estas facilidades todavía no se ha notado un incremento en el número de inscritos. La ventaja es que hubo un fuerte descenso en el número de "ninis" durante 2016. De 80.000 se pasó a 65.000. La razón está, por un lado, en que hay un 2,1 por ciento menos de población menor de entre 16 y 30 años y también en un descenso del paro en un 20 por ciento.
