Julio Fernández Gayoso tardó muy poco en acostumbrase a la cárcel. A pesar de su edad -el expresidente de Novacaixagalicia cumplirá 86 años en diciembre- y de una vieja dolencia en la espalda que despertó durante su estancia en A Lama y que ayer se notaba en su salida del centro penitenciario a primera hora de la mañana. Encorvado, del brazo de su abogada, el banquero mantuvo la misma tranquilidad con la que, según su entorno, pasó estos casi siete meses en prisión hasta que José Luis Castro, magistrado del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, emitió el lunes el auto que le permitió salir a la calle y cumplir su deseo "de reencontrarse con su familia, especialmente sus nietos".

"Bueno, Julio, hasta que volvamos a vernos", se despedía el preso de confianza que estuvo pendiente de él todo este tiempo y que se encargó de sacar sus pertenencias hasta el coche donde le esperaban sus dos hijos. Ambos mantuvieron una pequeña conversación. Fernández Gayoso aprovechó el momento para agradecerle su ayuda. "De nada", respondió el acompañante.

A su llegada a casa, Julio Fernández Gayoso permanecía "tranquilo y relajado". "Muy contento", contaron a FARO sus familiares, de volver a estar con sus nietos. Lo único que pidió fue comer "un poco de pulpo y una tortilla de patatas".

Tres días después del auto en el que el juez Castro esgrime su "avanzada edad" y "el delicado estado de salud", junto con el arrepentimiento de los hechos y el abono de la responsabilidad civil, la Junta Penitenciaria de A Lama ejecutó en su reunión del jueves la flexibilización del grado de preso de Gayoso -que sigue siendo de segundo grado, un reo común- para permitirle dormir en casa y realizar labores de voluntariado en la Fundación Érguete. El día exacto del comienzo de su colaboración con la entidad todavía no está concretado, pero todo apunta que será la próxima semana. El que fue máximo responsable de Caixanova se encargará "de labores contables y administrativas", coinciden varias fuentes consultadas. También queda pendiente fijar si finalmente se le hará un seguimiento a través de medios telemáticos.

Fernández Gayoso ingresó en la cárcel de A Lama el pasado 16 de enero tras la decisión de la Audiencia Nacional de ejecutar la sentencia que le condenaba a dos años como cooperador necesario en el cobro de las prejubilaciones millonarias de la antigua caja de ahorros fusionada. La Fiscalía se negó entonces a otorgarle el tercer grado y volvió a ponerse ahora.