La Xunta dispondrá el año que viene de una capacidad máxima de gasto de 9.487 millones de euros, lo que supone un 2,8% y 261 millones más que este ejercicio tras la inyección extra de fondos del mes pasado gracias al mejor comportamiento de la recaudación fiscal. El PP aprobó ayer en solitario ese marco económico que fue rechazado en bloque por la oposición, que coincidió en denunciar que supone una apuesta por la austeridad aplicada durante la crisis y que consideran que potencia las desigualdades y que se sitúa por debajo del crecimiento del 3,1% de la economía gallega previsto para este año.

Galicia se convierte en la primera comunidad en aprobar su techo de gasto para 2018, gracias en parte a la única mayoría absoluta autonómica que queda en España. El PP avaló una planificación económica que fue defendida por el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, quien celebró la mejora de empleo y PIB, pero reconoció su insuficiencia. "Llevamos cuatro años en que la presentación del techo de gasto es mejor que la del año anterior. Eso no nos hace olvidar que queda mucho por hacer para que la mayoría de los gallegos se beneficie de la recuperación", expuso.

Según Facenda, la economía gallega ralentizará su mejora y crecerá el año próximo un 2,7%; el paro bajará al 14% -prevé cerrar este año con un 15,6%- y el déficit se situará en el 0,3%, el máximo fijado por el Gobierno central antes de que el mes pasado concediese una décima más de margen.

Martínez, además, vaticinó que cuando finalice la actual legislatura en 2020 la Xunta recuperará un presupuesto que rondará los 10.000 millones, tras caer por debajo de los 9.000 durante la crisis.

La oposición atacó unas previsiones "poco ambiciosas". El portavoz de En Marea, Luís Villares, vinculó el techo de gasto a la "arquitectura de la austeridad" que resumió en una imagen: "Entre pagar los fármacos y a [Angela] Merkel, ustedes escogen pagarle a Merkel".

El socialista Xoaquín Fernández Leiceaga defendió la necesidad de equilibrar gastos e ingresos públicos, pero reclamó una fiscalidad más progresiva y cargó contra un techo de gasto "insuficiente". "Su único proyecto sigue siendo el del ajuste", resumió tras vincular la reducción del paro a la caída de la población activa.

Finalmente, la portavoz del BNG, Ana Pontón, tachó de "corsé" el techo de gasto por "impedir" a Galicia "recurrir a todos los recursos que podría tener" y defendió de nuevo un concierto económico que aportaría, cifró, 3.500 millones al año.