Pérdida de alumnos, desplome de los ingresos, facturas que se acumulan, cuentas en números rojos que amenazan con despidos y cierres. El sector de las autoescuelas asegura estar en una "situación límite" y al borde de la "ruina" por la huelga de examinadores que comenzó el pasado mes de junio y se prolongará hasta el 31 de este mes -tres días a la semana-, pero que a partir de septiembre se hará indefinida salvo que la DGT dé el visto bueno a su principal reivindicación: un complemento salarial de 240 euros mensuales. Ante el desplome de ingresos en plena temporada alta, la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) reclama al Gobierno una compensación económica para paliar las "grandísimas y gravísimas pérdidas" por ese conflicto laboral.

Los trabajadores de los centros de formación de seguridad vial proponen que esa compensación se haga "en forma de subvención a fondo perdido -al igual que se les ha concedido recientemente a las compañías eléctricas- o en forma de reducción del IVA, de modo que pase del 21 % al 4 %, que es el genérico para la formación en España".

"Los paros son insostenibles y caóticos", advierten desde la CNAE, ya que de estas pequeñas empresas dependen en España directamente unas 30.000 familias. Una vez más, desde las autoescuelas reclaman a las partes a llegar a un acuerdo "de manera inmediata". "Si el conflicto se extiende a septiembre, muchas autoescuelas cerrarán", sostienen.

Abocadas al cierre

En Galicia, el presidente de la Federación Gallega de Autoescuelas, José Manuel López Marín, ya había advertido a las pocas semanas de comenzar la huelga que, de continuar el conflicto, al menos el 40% de los centros de formación -en la comunidad hay más de 450- se verían abocados al cierre por el desplome de ingresos en plena temporada alta.

Los representantes de las autoescuelas lamentan que el director de la DGT, Gregorio Serrano, no aceptase reunirse el pasado martes con los examinadores y con dirigentes de la CNAE para buscar una solución a la situación.