Los trabajadores del transporte de viajeros por carretera de Galicia ratificaron ayer por amplia mayoría el preacuerdo al que llegaron en la noche del miércoles los sindicatos y la patronal para suspender la huelga de autobuses que amenazaba con ser indefinida. Las votaciones se celebraron a las nueve de la mañana, por lo que los primeros servicios comenzaron a funcionar a partir de las diez.

El paro, por lo tanto, quedó suspendido, que no desconvocado, y las centrales podrán activarlo en cualquier momento si las negociaciones que se han abierto a nivel provincial no prosperan. Ambas partes se han dado de plazo hasta el 2 de agosto.

El preacuerdo al que llegaron las empresas y los sindicatos tras más de seis horas de reunión parte de una subida salarial del 2%, pero el camino para que se ratifique está lleno de incertidumbres y de desconfianzas, sobre todo por la parte de los sindicatos, que han marcado una hoja de ruta muy estricta con asambleas de trabajadores y reuniones bilaterales a nivel gallego con la patronal cada semana hasta el 2 de agosto para comprobar si hay avances.

La negociación se presenta complicada. El 2% de subida mínima que se pactó el miércoles difiere, y bastante, de las peticiones sindicales del 5,8% en Pontevedra, el 3,6% en Lugo y el 3,9% en A Coruña.

El convenio de Ourense lleva sin actualizarse desde 2012, mientras que el de Pontevedra es del 31 de diciembre de 2011 y los de A Coruña y Lugo no se renuevan desde 2015. Lugo y Ourense son las provincias más afectadas por el plan del transporte de la Xunta y en las que va a ser más complicado llegar a un acuerdo. En Pontevedra y, sobre todo, en A Coruña las negociaciones se esperan más sencillas, dentro de la complejidad que supone doblar la cifra que ofrecieron las empresas el miércoles.

Tras ocho jornadas de huelga en las últimas cuatro semanas y la amenaza de que el conflicto se hiciera indefinido, la patronal y los sindicatos pactaron una extensa hoja de ruta. Serán ocho reuniones en las próximas dos semanas tanto a nivel provincial como gallego que desembocarán en una última cita el 2 de agosto en la que, si antes no se ha llegado a un acuerdo, se volverá a activar la huelga. En la reunión del pasado miércoles, ambas partes pactaron la creación de comisiones delegadas en cada provincia que serán las encargadas de negociar los aumentos salariales. Sus primeras reuniones serán ya la próxima semana: A Coruña y Ourense, el lunes, y Lugo y Pontevedra, el martes.

El miércoles volverá a citarse la mesa de crisis a nivel gallego -integrada por sindicatos y federaciones empresariales-, bajo la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais. Será la primera toma de contacto para comprobar cómo han ido los primeros encuentros a nivel provincial. Por la noche, a las 23.00 horas -cuando termina el turno de los conductores- se celebrarán asambleas en las principales estaciones de autobuses, donde los sindicatos explicarán a los trabajadores cómo van las negociaciones. A no ser que el diálogo no esté funcionando y encallen las conversaciones, las comisiones provinciales se reunirán de nuevo el miércoles 26 de julio. El jueves 27 habrá otra cita de la mesa de crisis a nivel gallego.

Las reuniones, si no se llega antes a un acuerdo, volverán a producirse a la semana siguiente: las provinciales, el lunes 31 y el martes 1 de agosto; y la gallega, el 2 de agosto. Si se llega a este día sin acuerdo, los sindicatos aseguran que volverán a activar la huelga.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, celebró ayer la suspensión de los paros. "La Xunta era una parte del problema, pero la parte fundamental era la retribución de los conductores y el convenio colectivo", reconoció. A preguntas de si la Xunta se sentará con la patronal para abordar una subida de los billetes de autobús -fijados en 1,4 euros-, respondió que no puede "responder" porque "no" tiene conocimiento de que ésta sea la propuesta de la patronal.