Podemos se desmarca de En Marea, limita su alianza a una cuestión "estrictamente electoral", reitera que no diluirá su marca en el partido, en el que percibe "líneas políticas que no siempre responden a la renovación y radicalidad democrática que la sociedad reclama" y voluntad de "ostentar bajo la forma de partido único la representación política y social del cambio", y rechaza que sus diputados autonómicos rindan cuentas en el plenario del sábado, pues se deben a las bases moradas y a los "votantes" de En Marea. Su postura a dos días del plenario del partido instrumental añade tensión al espacio político que, nutrido de varios actores, lidera la oposición en Galicia.

La organización dirigida en Galicia por Carmen Santos ya había dejado clara su voluntad de no desvanecer sus siglas en En Marea, a pesar de haber aceptado la fórmula de partido instrumental para las pasadas elecciones autonómicas, lo que dejó fuera de las papeletas su nombre.

Sin embargo, esta tarde ha dado un paso más en un momento delicado para En Marea, que el sábado celebra un plenario que supondrá un nuevo choque entre la dirección de Luís Villares y sus críticos, entre los que destacan Marea Atlántica, la dirección de Anova y algunas mareas municipales. Paradójicamente, habían ido de la mano hasta ahora.

Podemos "no acudirá a ese plenario" como organización, más allá de lo haga, a título personal, cualquier militante que lo desee. La cuestión se enreda más porque de los 14 diputados de En Marea, siete pertenecen a Podemos: tres al bando oficial, incluida la propia Santos, y cuatro críticos defensores de fortalecer la unidad popular mediante En Marea.

"Hace un año asumimos el espacio [En Marea] como herramienta electoral e institucional, pero no como formación política a la que sumarnos diluyendo en ella nuestros principios éticos, nuestro proceder radicalmente democrático en la elección de nuestros representantes y nuestro compromiso con un Estado plurinacional y fraterno", indica Podemos. La unidad, añade, "no puede ser un fin en sí mismo para construir una nueva organización política gallega, un nuevo partido stricto senso en su modelo, participación restringida y líneas políticas que no siempre responden a la renovación y radicalidad democrática que la sociedad gallega reclama".

Además, tercia en la polémica existente acerca de la rendición de cuentas de los diputados de En Marea en el Congreso (al que llegaron mediante coalición y, por tanto, están dentro del grupo de Podemos) y los autonómicos, con autonomía propia. "La rendición de cuentas de ese trabajo se la debemos a nuestros inscritos e inscritas y a los votantes de En Marea [€] No tenemos ninguna obligación, por tanto, con En Marea-Partido", expone la formación después de que horas antes la coordinadora de En Marea pidiese a los parlamentarios en las Cortes a reconsiderar su negativa a participar en el cónclave del sábado.