La opinión de Anna Pineda, directora de captación de socios de Médicos sin Fronteras (MSF) en España, es diametralmente opuesta a la de quienes denuncian las prácticas laborales de la organización. "Nuestra política de empleo no solo es responsable sino muy humana", subraya, "con unas condiciones casi casi inmejorables", recalca.

Pineda defiende que la ONG realiza "una apuesta valiente" al contratar a personal con un salario fijo, "muy por encima del convenio" y de forma indefinida. "Creemos que tenemos que cuidar a nuestros trabajadores igual que a nuestros pacientes", añade. Para garantizar este equilibrio, Pineda defiende la necesidad de que exista la denunciada cláusula de productividad. Más allá de señalar su legalidad, por "estar enmarcada en el Estatuto de los Trabajadores", y "transparencia", por constar en el contrato, afirma que su fin último es asegurar "el buen uso de los fondos".

La contratación de personal dedicado a la captación de socios, indica, "es una inversión muy importante para la ONG", por lo que esta debe cerciorarse de que existe "un retorno" que sostenga su misión social. "Tenemos el compromiso de destinar un mínimo del 80% de los ingresos a proyectos humanitarios por lo que si no garantizamos nuestro rendimiento no estamos siendo éticos", resume. Pineda, que cifra en casi 18 millones de euros los ingresos de la ONG en España procedentes de la captación callejera de socios, considera que la cláusula plantea unos objetivos "perfectamente" alcanzables. Aunque reconoce que "el trabajo no es fácil" si se carece de ciertas capacidades, asegura que la organización cuenta con el aval de una trayectoria de 14 años realizando esta práctica. Además, defiende que cuando las metas no se cumplen el despido no es automático. "Somos flexibles y tenemos en cuenta la actitud del captador, su motivación o su papel en el equipo...", sostiene.