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El mayor éxodo en 7 años: 28.000 gallegos se fueron a trabajar otras comunidades

► La marcha de gallegos a otras partes del Estado en busca de salidas laborales aumenta un ocho por ciento en 2016 ► Galicia, sin embargo, solo atrajo a 18.600 asalariados de fuera

Galicia no solo pierde población activa -necesaria para sostener la caja de la Seguridad Social- por el envejecimiento de sus habitantes, sino también porque el mercado laboral gallego resulta cada vez menos atractivo. La fuga de trabajadores hacia otras comunidades crece y en 2016 se situó ya un total de 28.300 personas, la cifra más elevada en siete años. La marcha de asalariados hacia otras partes del Estado es cada vez más acentuada. En el último año se incrementó casi un ocho por ciento. Por el contrario, Galicia solo atrajo a 18.600 empleados de otras partes del territorio y, aunque esta cifra, también subió en 2016, el ascenso fue muy leve, de solo el 4 por ciento, insuficiente para evitar, no solo que el saldo entre entradas y salidas siga en números rojos (-9.600), sino que se convierta en la peor balance desde 2009.

Durante la crisis la falta de empleo frenó la movilidad de trabajadores. Galicia recibió menos asalariados procedentes de otras comunidades -un 15 por ciento menos entre 2009 y 2012-, pero también fueron menos los gallegos que se aventuraron fuera -la cifra tocó fondo hace cuatro años con la fuga de algo más de 22.200 trabajadores-.

Sin embargo, ahora que la economía gallega vuelve a crecer la marcha de gallegos a otras partes del Estado se incrementa a un ritmo muy superior a la capacidad de la comunidad autónoma de atraer asalariados de fuera.

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Y un tercio de los que se van fuera son menores de 29 años. Más de 10.000 en el último año, un 10 por ciento más que los veinteañeros que hicieron las maletas en 2015 para trabajar en otras partes del territorio.

Y aunque Galicia también atrae trabajadores jóvenes procedentes de fuera, la brecha entre los que se van y los que llegan es importante. Mientras en 2016 atrajo a 5.773 asalariados de menos de treinta años para trabajar en la comunidad gallega, los que emigraron fueron casi un 60 por ciento más. Por esta vía, el mercado laboral de Galicia perdió el pasado año 4.236 trabajadores jóvenes.

En todo caso, el colectivo de asalariados que se marcha fuera más numeroso se sitúa entre los 30 y los 44 años de edad. Y los que menos se mueven son los mayores de 55 años (únicamente 1.274 salieron de la comunidad en 2016). Lo llamativo, es que el único grupo de edad en el que Galicia tiene un saldo positivo de trabajadores, es decir recibe más de los que se van, es en el de los gallegos con más de 55 años (llegaron 23 personas más de las que se fueron).

Destino

Un tercio de los gallegos que consiguen un trabajo fuera y hacen las maletas se van a Madrid.Fueron más de 9.100 el pasado año. Le sigue Cataluña, a donde emigraron más de 4.700 asalariados. La tercera comunidad que recibe más emigración desde la autonomía gallega es Castilla y León (2.868). Andalucía ocupa el cuarto puesto, con 2.234 trabajadores. País Vasco, Asturias y Canarias son los otros polos de atracción de asalariados procedentes de Galicia.

¿Y a qué sectores se van a trabajar? La mayoría, más de 6.200, consiguieron trabajo en la hostelería o en el comercio. Otros 4.600 encontraron un empleo de técnico o profesional de apoyo.

Pero también se pierden trabajadores cualificados. Un 15 por ciento de los que se van a otras comunidades (4.200) entran en la categoría de profesionales científicos e intelectuales. Por el contrario, el mercado laboral gallego solo logra atraer a 2.300 trabajadores de este tipo, es decir, casi la mitad de los que hacen las maletas.

El mejor balance en la entrada y salida de trabajadores lo obtiene la industria. Aunque se marcharon 6.100 asalariados en este sector, Galicia logró atraer 5.500, de manera que esta rama de la actividad económica es la que presenta el saldo menos negativo de todos, solo perdió unos 600 empleados el año pasado.

Dos de cada diez gallegos que se van son titulados universitarios

  • Los licenciados universitarios registran menos tasas de desempleo y, por lo tanto, quienes más forzados se ven a la emigración son los gallegos sin formación que tienen más dificultades a la hora de encontrar un trabajo. De los 28.300 trabajadores que se fueron a otras comunidades el pasado año, más de 16.000 solo tenían el certificado de escolaridad o como mucho terminada la enseñanza obligatoria. A pesar de ello, los trabajadores cualificados, con formación universitaria, también hacen las maletas por falta de oportunidades laborales en Galicia. En 2016 se marcharon a otras autonomías casi 5.800, un seis por ciento más que el año anterior. Son dos de cada diez asalariados emigrados. Y frente a estas cifras, el número de titulados universitarios procedentes de otras comunidades que termina consiguiendo un trabajo en Galicia fue en 2016 de solo 2.520. Los trabajadores que más atrae Galicia, un total de 7.000, solo tienen el certificado de escolaridad.

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