El cambio climático afecta ya a Galicia, tanto que la Xunta prevé un 15% menos de lluvias entre 2061 y 2090. Para tratar de mitigar su impacto, el Ejecutivo gallego diseñará una estrategia de choque que actualiza el documento de 2005 y se marca una meta: conseguir en 2050 -en poco más de tres décadas- que todo el consumo eléctrico de la comunidad proceda de fuentes renovables.

Ese objetivo fue marcado ayer por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en la apertura de una jornada con expertos para definir precisamente la hoja de ruta para luchar contra el impacto de la y los gases de efecto invernadero sobre el clima. Su mensaje, además, optó por la unidad política en torno a un desafío que no entiende de fronteras, justo semanas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciase la retirada de la primera potencia económica de los compromisos por el clima adquiridos por su antecesor en la cumbre de París. "Hoy nos unimos todos los pueblos del mundo que quieren seguir cambiando para seguir avanzando. La tierra nos llama y tenemos que responder", proclamó Feijóo.

Sus palabras se producen tras el shock mundial del paso atrás de Estados Unidos, pero también una década después de que su jefe de filas en el PP y también presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuestionase las apelaciones ecologistas a frenar la contaminación, apelando a un familiar que impartía clases de física. "Yo sé poco de este asunto, pero mi primo supongo que sabrá. Y entonces dijo: he traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que hará mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?", cuestionó entonces en un polémico episodio.

Tras la reunión de ayer, cada grupo de trabajo sectorial deberá elaborar un texto sobre las líneas a adoptar en su terreno con el fin de mitigar el efecto del cambio climático, favorecer la adaptación al mismo y formar y sensibilizar a la población. Feijóo rechazó un "ecologismo ilustrado" de espaldas a la sociedad.

El titular de la Xunta, acompañado por la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, identificó como una prioridad la mejora de la tecnología de producción hipocarbónicas, es decir, reducir al máximo posible el uso del carbón como combustible y emplear el método más eficiente de explotación y la materia prima menos contaminante.

Su mensaje fue respaldado con un comunicado de la Xunta en el que destacó que Galicia es la tercera comunidad que más redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990, si bien el último año analizado, 2015, muestra un cambio de tendencia.

Las emisiones se desplomaron durante la crisis debido al parón industrial y la mayor eficiencia tecnológica, pero el citado ejercicio mostró un repunte estatal del 3,5%. Galicia se situó a la cabeza del incremento, con un 5,7% más de dióxido de carbono lanzado a la atmósfera, solo superada por cuatro autonomías. Asturias, comunidad minera, rozó el 20% de aumento.

Además, el objetivo gallego de prescindir de los combustibles fósiles en 2050 contrasta con las previsiones estatales, que apuntan a un repunte del 10% de las emisiones de CO2 en ese mismo período, según consta en la documentación enviada por el Ejecutivo central a la UE.