Santiago ha sido este martes el escenario de una movilización convocada para protestar contra el desalojo de un local okupa que ha concluido con una detención confirmada y varias cargas policiales que incluyeron gases lacrimógenos y disparos de pelotas de goma.

De ello han dado cuenta a Europa Press distintas fuentes presenciales, que han coincidido a la hora de definir lo ocurrido como "una batalla campal" entre las fuerzas del orden y varios grupos, encapuchados incluidos, que se colaron entre el medio centenar de personas que se dio cita para criticar el cierre del inmueble.

Los hechos se remontan a la mañana de este mismo martes, cuando la Policía Nacional desalojó y tapió por orden judicial un edificio okupado en la Algalia de Arriba, en el casco histórico de Santiago, utilizado como centro social autogestionado.

A raíz de esa medida, también criticada por el gobierno compostelano, se produjo un enfrentamiento entre agentes y miembros del colectivo okupa que finalizó con la identificación de dos personas. Su reacción fue convocar una protesta a las 20,00 horas sin comunicarlo a las autoridades y, por tanto, sin autorización.

A la cita --según las fuentes consultadas por Europa Press-- se sumaron grupos diversos incluso de otras ciudades gallegas y también acudió un buen número de policías, tanto locales como nacionales y de la unidad de antidisturbios.Contenedores quemados, botellas rotas

Poco después del arranque de la manifestación, que partió de una Porta do Camiño donde se apostaba media docena de furgones policiales, comenzó el lanzamiento de bengalas --el único detenido está acusado de llevar material pirotécnico-- por parte de un grupo que caminaba entre banderas negras.

Ante esa "amenaza del orden público", ya cerca de la Praza de Cervantes, tuvieron lugar los primeros disparos de pelotas de goma, que motivaron que la protesta se dispersase en pequeños grupos y que mucha gente optase por abandonarla.

A partir de ahí, los agentes cerraron los accesos a la Algalia de Arriba, donde se encuentra el local ahora tapiado, tanto con personal desplegado como con furgones policiales y contenedores. En esa zona tuvo lugar otra de las cargas, donde fuentes presenciales aseguran que los disparos no fueron al aire, sino "a la gente".

La cantidad de cristales rotos en el suelo de la zona da pistas de lo sucedido en una noche en la que también se quemaron varios contenedores en distintos puntos de la ciudad histórica y se produjeron otros daños en el mobiliario urbano.Heridos

Sin datos sobre heridos entre los manifestantes, la Delegación del Gobierno indica que hay tres policías locales con daños leves.

Por su parte, el Sindicato Unificado de Policía eleva a seis los que están siendo reconocidos en el centro médico La Rosaleda y avanza que pone a su disposición "todos los medios legales de los que dispone".