Trabajar juntos en favor del futuro de la UE, impulsar la cooperación entre ambos países, adoptando por ejemplo medidas conjuntas para evitar la desplobación de municipios transfronterizos o avanzar en la unión energética de Europa con mejoras en las interconexiones energéticas fueron las primeras cuestiones abordadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro portugués, António Costa, ayer, en el arranque de la 29º cumbre hispano-lisa. Empezó con un viaje de 4 horas en barco por el río Duero, en la frontera entre ambos países, y termina hoy en la localidad de Vila Real. Con quince ministros de las dos naciones participando en la cumbre, la Xunta ha elevado al Ejecutivo de Rajoy tres demandas concretas para incorporarlas a la agenda de trabajo, con la esperanza de que en la cumbre de hoy se produzcan avances.

Una es la transformación a partir del año 2020 de la línea ferroviaria Vigo-Oporto en un tren de altas prestaciones para posibilitar el trayecto entre ambas ciudades en tan solo una hora frente a las dos que se necesitan ahora. Actualmente está en marcha la electrificación de todo el trayecto. En marzo, el Gobierno luso licitó la instalación de la catenaria entre Viana y Valença, el último tramo pendiente, y se prevé que el Gobierno español confirme hoy la electrificación de los ocho kilómetros que faltan en territorio gallego, entre Tui y la frontera. Esta renovación entraría en servicio a finales de 2019 y acortarán el trayecto entre Vigo y Oporto a los 90 minutos, pero para la Xunta es todavía insuficiente, por lo que pide continuar con las mejoras y convertir el corredor en una línea de altas prestaciones como la que recorre Galicia desde Vigo hasta A Coruña.

Con la crisis, Portugal desechó el proyecto para construir un tren de alta velocidad y apostó por una reforma, además pausada, de las líneas convencionales para su conexión con España. El AVE entre Vigo y Oporto, nunca había pasado siquiera de la fase de papel.

Otra de las demandas es que el Gobierno español realice las gestiones pertinentes ante Bruselas para incluir el Corredor del Noroeste ferroviario en la Red Transeuropea de Transportes, lo que permitirá dar salida hacia Francia del tráfico de contenedores que se generen en los puertos gallegos, actualmente desconectados por ferrocarril del llamado Corredor Atlántico, una línea prioritaria para la UE que arranca en Sines (Portugal) y llega hasta la frontera con Francia, pero que deja fuera a Galicia, Asturias, Cantabria y León.

El Corredor Atlántico cuenta con financiación europea para su renovación, aprovechando las líneas existentes, pero deja fuera del mapa todo el cuadrante noroeste de la Península. Mientras, el País Vasco acaba de lograr, tras el apoyo del PNV a los presupuestos generales del Estado, una nueva salida ferroviaria para el puerto de Bilbao que enlazará con el Corredor Atlántico con una inversión prevista de 381 millones de euros. Y en la vertiente oriental de España el Corredor Mediterráneo, pensado para el transporte de mercancías y pasajeros, el proyecto avanza a buen ritmo, tanto por el compromiso del Gobierno español como por la presión de un coordinado y numeroso grupo de empresarios con representación desde Cataluña hasta Almería.

En este escenario donde el Noroeste se queda el margen, la Xunta ha demandado al Ejecutivo de Rajoy que aprovechando la revisión en 2018 de la Red Transeuropea de Transportes gestione la inclusión de Galicia en los ejes prioritarios ferroviario de la UE. Esto permitiría contar con fondos europeos para modernizar y renovar la obsoleta línea interior de mercancías de en Galicia y conectar por tren los puertos interés de general gallegos con el Corredor Atlántico. Es tal la ineficiencia de la red existente en la comunidad autónoma que solo se moviliza por tren el 1% de todas las mercancías que pasan por Galicia.

Como tercera demanda, el Ejecutivo autonómico propone impulsar la tercera conexión gasística entre España y Portugal.

De forma pararela a la Cumbre, rectores de Universidades de España y Portugal se reunieron ayer en Vila Real para instar a los dos Gobiernos a buscar acuerdos que impidan la fuga de talentos.

Los rectores entregarán hoy a los dos Gobiernos la llamada Agenda Ibérica del Conocimiento y de la Enseñanza Superior (AICES), en la que definen cincuenta puntos prioritarios en la enseñanza universitaria de España y Portugal.Demandan sobre todo "desarrollar las capacidades de investigación" de forma conjunta y "reforzar la imagen y la voz de la senañanza superior en las políticas".