Los intentos de armisticio en el PSdeG de Pontevedra fracasaron y evidenciaron la fractura interna existente, extensible a Ourense y Lugo. Los sanchistas coparon ayer los 16 delegados pontevedreses que acudirán al congreso federal de junio en que Pedro Sánchez será proclamado líder del partido, tras romper cualquier opción de pacto con el grupo que controla el aparato provincial, afín al regidor de Vigo, Abel Caballero. Los primeros impusieron como primer nombre de la lista a Gonzalo Caballero, opción rechazada por el bloque mayoritario de la ciudad olívica al entender que no buscaba la integración. Ante esa maniobra, la propuesta sanchista fue aprobada sin la presencia de 70 delegados al sanchistacongresillo celebrado ayer, que abandonaron la reunión para mostrar su descontento con su exclusión, pero no quisieron votar en contra para trasladar que rechazan entorpecer el proceso interno.

Las reuniones del PSdeG para elegir a sus 56 representantes en el congreso del 18 de junio han mostrado que el partido está hecho jirones. Solo en A Coruña los dos principales bandos enfrentados en las primarias por la Secretaría General pactaron una lista conjunta aplicando la proporción de esa consulta a la relación de integrantes. En esa consulta Pedro Sánchez obtuvo el 65% de apoyos en la comunidad, por el 27% de Susana Díaz y el 7% de Patxi López. En Lugo ayer se eligieron 11 sanchistasy de Ourense acudirán cinco miembros de ese sector y cuatro críticos. En A Coruña el reparto de asientos es 14, 4 y 2, respectivamente.

Pontevedra resultaba clave como termómetro interno. El poder institucional provincial radica en el sector de Abel Caballero, que gobierna la única ciudad donde el PSdeG posee mayoría absoluta, y su mano derecha, Carmela Silva, preside la Diputación de Pontevedra, tras tumbar al popular Rafael Louzán y cumplir una histórica meta socialista.

Este grupo garantizó su lealtad a Sánchez tras haber apoyado a Díaz y buscó el acuerdo con los sanchistas, a los que venció con el 57% en la agrupación de Vigo. El acuerdo estaba cerca el sábado por la noche, pero ayer se rompió en el Pazo de Cultura de Pontevedra, incluso a pesar de que este sector barajaba aceptar seis puestos de 16 en la comitiva a Madrid.

El desencadenante fue el liderazgo de la lista. "Había un proyecto de unidad y Gonzalo Caballero lo reventó. Él es el responsable de la división porque el que pierde en Vigo no puede encabezar la provincia. Por tanto, es su posición personal la que impone la ruptura", alegó Carlos López-Font, concejal de Vigo.

La alternativa de consenso pasaba por una alineación encabezada por el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz. Pero Gonzalo Caballero fue el elegido, algo rechazado por el sector mayoritario en la principal agrupación de Galicia, cuya delegación a la reunión de ayer obtuvo el 57% de apoyos frente a la defendida precisamente por el militante vigués que encabezará ahora la delegación a la cumbre federal.

Gonzalo Caballero defendió su postura. "En esta nueva etapa del partido no se puede establecer ningún tipo de vetos. En democracia hay que saber perder y, en este congreso, había una mayoría de delegados que quería una candidatura leal a Pedro Sánchez y defendemos esta candidatura. Algunos no entendieron que hay que saber perder cuando no son mayoría", declaró.

El sector afín al alcalde de Vigo optó por abandonar la reunión, lo que supuso la marcha de 70 personas de una cita con 224 participantes y que se cerró sin discurso de clausura. Entre los que se marcharon se encontraban el presidente provincial, Santos Héctor, el diputado Abel Losada o el citado López-Font. La lista sanchista recibió 116 votos, con 27 en blanco y dos nulos.

El balance de los congresillos en Galicia contrasta con el de la mayoría de provincias, donde sanchistas y susanistas han cerrado listas consensuadas y con representantes de cada bando.