Evitar heridas compartiendo emociones

El psicólogo Andrés Bellido defiende la tutorización entre alumnos como vacuna para el acoso escolar

Antes de que el psicólogo Andrés Bellido subiera a la palestra del Auditorio Mar de Vigo para exponer su exitosa propuesta de convivencia educativa, la lección ya había comenzado. Junto a las butacas, con más dueñas que dueños, la voz enérgica de Bibiana, la directora del CEIP Reicimil de Ferrol, uno de los 85 centros gallegos implicados en el "experimento" que se presentaba ayer, anunciaba a la asistencia que iba a tener que mancharse las manos. Literalmente.

Como metáfora sobre la imprescindible implicación colectiva precisa para enfrentar la violencia en las aulas, el público dio inicio al taller sobre prevención del acoso escolar marcando sus huellas sobre un tapiz. Tras el gesto, el compromiso como ingrediente que alimenta el cambio, una de las claves de la pedagogía que, ya frente al micrófono, expuso Bellido.

El catalán comenzó su intervención con una advertencia que sintetizó la intencionalidad de su mensaje: "Os garantizo que cuando salgáis de aquí no seréis los mismos que cuándo entrásteis". Fundamentalmente, añadió, porque la pretensión del encuentro era "aprender a sentir".

El mismo objetivo que guía su creación estrella, la Tutoría entre iguales (TEI), un plan de convivencia para la prevención de la violencia y el acoso en las escuelas,basado en el respeto, la empatía y el compromiso entre el alumnado. Bellido enfatizó las claves de su metodología de trabajo, fundamentada en el establecimiento de vínculos de confianza entre estudiantes de distintos cursos de primaria y secundaria mediante la creación de las figuras del tutor y el tutorizado. Su meta, con excelentes resultados prácticos, según explicó el psicólogo, es fomentar un ambiente propicio que anime a los menores a comunicar lo que les sucede.

Este hábito permite combatir una de los principales enemigos de las situaciones de violencia: la pasividad de quienes observan y no se implican.

Por ello, las conductas y no las personas, señaló Bellido, son el campo de batalla fundamental. En ese sentido, su propuesta incorpora también intervenciones en las etapas tempranas. Generar comportamientos "saludables", desde que los niños son pequeños evita tener que, después, centrar los esfuerzos en ayudarlos a "desaprender" comportamientos dañinos ya adquiridos, defiende el psicólogo.

O revolucionario centro no que non hai exames

O obradoiro co director do CEIP de Deiro, Javier García, suscita o interese da comunidade docente

"Eu penso que se podería aprender sen odiar o que estudamos". A frase de Francesco Tonucci leva guiado ao director do CEIP de Viñagrande Deiro, Javier García, na súa andaina educativa ata acadar un soño:dárlle a voz e protagonismo aos nenos cun renovado centro e un novo plan educativo.

A chegada do equipo directivo que capitanea supuxo toda unha revolución no centro público de Vilanova de Arousa, con 125 alumnos. Desde fai tres anos traballan partindo dunha organización e modelos totalmente distintos aos convencionais: non hai libros de texto, materias, exames, deberes nin libros, e as aulas mesturan idades.

No obradoiro que protagonizou onte no Foro de Educación foi explicando a moitos mestres e pedagogos interesados como traballan os nenos ao longo deste curso lectivo. "Un luns calquera, Gema, Lucas e Luis [nomes ficticios] van a zona de pasatempos e atópanse co seu plan de traballo", relata o titor.

O primeiro diferente no colexio é unha nova organización espazotemporal, que racha cos horarios estritos e cos espazos, que permiten ao alumnado interactuar cos contidos. "Por iso deseñamos contextos de aprendizaxe: temos contexto humanístico, literario, musical, matemático, artístico, científico, da lingua estranxeira e acabamos de instalar o de medios de comunicación", comentoulles García. "Hai momentos colectivos, vivenciais e logo momentos compartidos: con nenos mesturados en idades [1º con 2º, 3º con 4º e 5º con 6º]". Tamén foi explicando como os meniños traballaron para teatralizar o conto de Carlos Casares "O can Rin e o lobo Crispín" ou como se involucran en xornais interactivos da escola. "Por exemplo, no contexto educativo matemático, traballan con facturas de teléfono, ou miden con Google Maps o perímetro do campo de fútbol da localidade.

Outra das preguntas máis recorrentes dos asistentes ao obradoiro tiña que ver co método de avaliación dos nenos, "que non levan sobresaíntes", matiza. "Hai rúbricas de cada proxecto, e aparece unha puntuación segundo a elaboración das tarefas", matiza o director. Os alumnos de 3 a 7 anos teñen psicomotricidade todos os días e tamén hai un programa de aprendizaxe lúdico: nunha macroaula teñen posibilidade de interactuar en microcontextos cos seus compañeiros e de forma libre, entre outras novidades.

De la fábula con mímica al rap de la memoria

Gran acogida del taller de Neurodidáctica con el que Jesús Guillén sorprendió desde el inicio

Con solo un papel en blanco para cada asistente, el experto en Neurociencias Jesús Guillén fabricó la mecha para una actividad que pasó por la terraza del auditorio y finalizó en el aula. "¿Qué esperas de este taller?", preguntó a los seguidores. Con las hojas con las respuestas. estos construyeron aviones de papel, cuya trayectoria decidió, en cierto modo, los objetivos del taller.

Los formadores asistentes tenían altas objetivos para el curso de una hora y media de duración: "Técnicas para educación infantil, cómo lograr la motivación necesaria en el aula durante el día a día, o como conectar mejor con el alumnado".

Guillén trazó su actividad de Neurodidáctica siguiendo el guión (experiencia, análisis y reflexión) pero con más sorpresas. Leyeron una fábula -cuyos protagonistas eran una tortuga y una liebre- mientras otros interpretaban con mímica el relato, favoreciendo su interpretación para personas sordomudas.

Al término del ejercicio, los participantes identificaron beneficios de este tipo de cuentos: Son fáciles de recordar para los niños, aportan un apoyo visual, están llenos de fantasía, favorecen la imaginación y un lenguaje sencillo.

El experto en Neurociencias enseñó a los participantes varios vídeos, entre los que destaca un experimento con un bebé de un año de edad, al que se somete a la "cara quieta" de su madre -que no gesticula ni le responde- mientras el pequeño se esfuerza en captar su atención y reacción.

Pero el ejercicio que más sonrisas provocó entre el auditorio fue un reto creativo: a modo de pelea de gallos, los asistentes se colocaron en dos filas enfrentadas. Los que se situaban en una de ellas eran partidarios de la memoria, mientras los de enfrente defendían procesos no memorísticos para la enseñanza. Así, uno a uno, fue dando sus argumentos basándose en una base sonora que sonaba de fondo y a modo de rap. "Yo defiendo la memoria, aunque me falle la ´olla´ ", comenzaron a rapear. "No me quiero aprender la lección de historia, yo no soy un conejo tras la zanahoria", improvisó otra participante.

El diálogo con baile para llegar a lo profundo del yo

Laura Llauder ofrece una vía para el florecimiento de las emociones con la Eudanza

En una sala en el último y séptimo piso del Auditorio Mar de Vigo, alrededor de 50 personas que fueron llegando ayer a cuentagotas participaron en uno de los dos talleres "Eudanza. La danza del yo, cuerpo, movimiento y emoción" que impartió la bailarina Laura Llauder, integrante del proyecto O Pelouro.

Pasaba de las cuatro de la tarde y el sol entraba por los enormes ventanales que daban a la ría y las Cíes. Sin duda, era un emplazamiento perfecto para ayudar a liberar el cuerpo de tensiones y ofrecerse a la primera entrega del taller en el que los participantes dialogaron con su propio cuerpo para encontrar emociones.

"El cuerpo es infinito, si lo aprecias", señaló en un momento Llauder. Unos minutos antes, comenzaban los estiramientos con los participantes posicionados en círculo. Poco a poco, se fueron sacudiendo con movimientos todo lo que no querían, tal y como apuntó Laura, quien animó a indagar y sentir el "microcosmos corporal".

Personas agarrotadas, otras más sueltas, unas más abiertas y otras más cerradas siguieron las instrucciones aprendiendo "cómo cambia nuestro estado de ánimo con los hombros". De ahí, la importancia de trabajarlo en los preliminares del proceso, para abrirse a uno mismo, a los otros y al mundo.

Laura Llauder invitó a crear movimiento "sin miedo", con la libertad como bandera, empezando a dialogar con otra persona del grupo desde la danza, dejándose guiar por el otro en plena confianza, dejándose llevar por el instinto para "arriesgar".

Poco a poco, los participantes en el taller -la mayoría, ajenos a la disciplina del baile o ballet- fueron descubriendo la revelación de la danza y el cuerpo.

Así, también aprendieron a escuchar su respiración, su cadera. "Las emociones están en el centro del cuerpo móvil, la cadera, para sacar fuera las emociones", indicó Llauder mientras se abandonaba al movimiento.

Los ejercicios prosiguieron para reconocer los espacios, el tiempo, el propio yo y el de los otros. Como colofón, una rueda gigantesca final como hermanamiento y aplausos muchos aplausos, más una satisfacción personal traducida en la expresión facial de los asistentes.

Montar una ópera, todo un ejercicio para la vida

Pedro Sarmiento y los colegios San Sadurniño y As Mirandas explican el concepto global de LÓVA

Cuatro letras presentan el proyecto LÓVA, cuatro caracteres que encierran un método, una forma de entender la enseñanza y también la vida. Ayer, en una pizarra, se resumía el concepto. L de libertad; O de ópera; V de Valor y valentía; A de aprendizaje.

En una pequeña sala del Mar de Vigo, un total de siete estudiantes de diferentes edades y de los colegios San Sadurniño y As Mirandas -de la provincia de A Coruña- se sentaban con los participantes en el taller "De la emoción al aprendizaje. Proyecto LÓVA".

Dispuestos en tres grupos y tres círculos, los pequeños iban respondiendo las dudas de los asistentes, siempre con los profesores pendientes y sin faltar el coordinador en España del proyecto, Pedro Sarmiento.

Cada alumno habló de su "profesión" en la compañía. Una pequeña, por ejemplo, era técnica de iluminación, otra, intérprete. Asombraba ver el desparpajo, incluído en las de más corta edad, al presentar su proyecto, la marcha del mismo, los éxitos y sinsabores de la confección de la ópera.

Allí, recordaron cómo eligieron el tema de la obra y el relato cantado, incluso las más pequeñas se atrevieron a cantar alguna parte de la historia que presenta una visita a un castillo encantado.

Pero no todas las dudas surgieron sobre los aspectos técnicos o artísticos, los asistentes al taller también se interesaron por las emociones de los pequeños a la hora del conflicto, a la hora de tomar decisiones en las que los integrantes de la compañía no coincidían siempre en opinión. Las respuestas les dejaron asombrados y ya hacia el final del taller coincidían en señalar que "en dos años" los frutos de este trabajo se notarían en la gestión de conflictos. Un profesor asentía con una sonrisa que parecía decir ¡Vaya si se nota!

Como colofón, el taller finalizó formando un círculo -una forma utilizada ayer en varios talleres seguramente por su significado de unión, de rueda de la vida y protección- en el que se entrelazaron todos las manos para pasarse sin soltarse varios aros de mediano tamaño que formaban con su movimiento formas geométricas brillantes. Como moraleja y lección simbólica: el trabajo cuidado en equipo para salvaguardar lo más preciado.

La tecnología como útil de la enseñanza actual

Manel Rives muestra con la práctica cómo echar mano de apps para un aprendizaje diferente

Los asistentes al taller "Aprendizaje y creatividad mediante dispositivos" se situaron ayer en el lugar de sus alumnos a iniciativa del profesor gallego Manel Rives. Tras una primera parte teórica, llegó el turno de poner en práctica las enseñanzas con el fin de aprender a cómo utilizar las herramientas tecnológicas para fijar conocimientos y trabajar habilidades y capacidades.

El caso práctico consistió en formar grupos que debían idear un producto, desarrollarlo y, posteriormente, comunicar sus bondades en un spot publicitario. Todas las fases debían ser realizadas en el tiempo del taller culminando este con la grabación del vídeo usando una tableta y la tecnología del chroma key (usada en las secciones del tiempo en televisión y consistente en reemplazar el área ocupada por un color -normalmente el verde- por otra imagen o vídeo).

Rives dio, no obstante, varias indicaciones. El punto de partida sería la creación de un proyecto relacionado con un avión, para seleccionar en qué cultura se insertaría y en qué idioma se vendería usando varias palabras clave. A continuación, llegarían al eslogan para, finalmente, crear el anuncio publicitario.

A través de estas fases, los participantes trabajaron la dinámica de grupo con discusiones y acuerdos; también desarrollaron su capacidad artística al poner en marcha la imaginación y el arte traducido a un producto audiovisual. El fin era crear emociones con un trabajo colaborativo. De esta manera, las endorfinas y serotonina se activan para mejorar el ser y su conocimiento y obtener felicidad.

Rives dio pistas de cómo evaluar con este tipo de proyectos.

Con el tiempo marcando el taller, el final se aceleró para la clase de las cuatro de la tarde y un grupo llegó a presentar todo su trabajo grabando el anuncio. El resto, preocupados por llegar tarde al siguiente taller o por miedo escénico, entre otras causas, prefirieron no salir a la palestra para la grabación. El fin, enseñarles nuevas herramientas con útiles tecnológicos para despertar el conocimiento.