Aunque las llamadas al boicot a las pruebas menudean desde que la Xunta lanzó la convocatoria y una parte de la comunidad docente está implicada en el rechazo, el sentimiento no es generalizado. Docentes como Pedro Roser, que da clases en 6º de primaria y dirige el CEIP de A Florida, en Sanxenxo, defienden las bondades de estas evaluaciones que, por su carácter "estándar", destaca, contribuyen a que pueda sacar en claro "non só onde fallan eles", en alusión a los niños, "senón tamén onde fallo eu" como docente.
"É unha guía para que eu poida reconfigurar a miña programación", argumenta. "Valóroas moito para ver onde me equivoco. Na nosa escola temos en conta onde fallamos para mellorar", asegura. De hecho, apunta como anécdota que han incluido en clases ejercicios que les parecen útiles, como comentar una imagen, a la par que desmonta que los docentes centren sus esfuerzos en preparar a los niños para la prueba, como señalan desde la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público.
Aunque concede que siempre hay aspectos "mellorables", porque "todo" lo es, cree que el que las evaluaciones tengan un carácter "estándar" "é bo porque así temos o mesmo raseiro para todos". "Unha proba estándar é máis equitativa", resalta. Además, añade que el examen está elaborado por docentes que conocen el día a día y el nivel educativo de los estudiantes. Frente a la situación "traumática" que estos sufren, según dicen padres en contra del examen, alega que si el fin fuera evitarlas "o mellor sería metelos en formol, porque na vida espéranlles situacións traumáticas no seu día a día que teñen que superar", alega.
