La Xunta mantendrá su política de movilizar y vender suelo industrial a precio bonificado aunque esto suponga más pérdidas para Xestur, la empresa pública que gestiona los polígonos industriales de la comunidad y que acumula una deuda superior a los 100 millones de euros. "Vamos a seguir por este camino y a hacer todas las ampliaciones de capital que se necesario", aseguró ayer en Braga (Portugal) el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Por tercer año consecutivo, Xestur promociona la venta de suelo industrial con rebajas, dependiendo de la zona, que llegan al 50%, colocando parcelas por debajo del precio de mercado, lo que si bien sirve para dinamizar el mercado e incentivar la implantación de nuevas empresas, también supone generar más pérdidas para la empresa pública. No obstante, Feijóo defiende esta política porque al final "Galicia gana" aunque sea a costa a provocar más números rojos en Xestur.

Las rebajas de precios intentan paliar que las empresas opten por Portugal cuando van a abrir una nueva factoría porque su suelo es más barato aún que en Galicia. Los empresarios gallegos advierten de que no es suficiente, pues sigue habiendo zonas en la comunidad donde falta suelo empresarial o sigue siendo caro.

El presidente recordó que su Gobierno asumió una Xestur "dislocada" que hubo que reestructurar. Aseguró que durante la época de bonanza económica, con Touriño al frente del Gobierno gallego, se compró y expropió "ingentes cantidades" de suelo a precios "muy altos" que tras la crisis y todavía ahora provoca que no se pueda vender por el coste que entonces supuso para la Administración autonómica. Esas compras masivas y el escaso volumen de negocio llevó a que la Xunta tuviera que acometer varios rescates de Xestur. "El suelo heredado lógicamente tenemos que movilizarlo. De hecho, la auditoría de Xestur concreta que hay una reactivación económica, una mayor instalación de nuevas empresas y una mejor competitividad desde el punto de vista del suelo", indicó Feijóo.

"Es una política económica que tiene todo el sentido común. De la misma forma que se incentiva a las empresas para la exportación y el fomento de la investigación, queremos incentivar a las empresas para que apuesten por la comunidad autónoma".

Sobre el asentamiento de nuevas empresas en la eurorregión también habló, ya durante el plenario de la comunidad de trabajo, el presidente de la Asociación Empresarial de Portugal, Paulo Nunes de Almeida. El máximo representante de la patronal defendió que las dos regiones deben promocionarse conjuntamente para intentar captar el mayor número posible de inversiones extranjeras, sin importar que se instalen al norte o al sur del Miño. "No hay preocupación por esto, es algo habitual por parte de los empresarios", indicó Paulo Nunes, consciente de que las políticas de incentivos no son las mismas en los dos territorios que conforman la eurorregión.