El sector lácteo parece vivir en una crisis permanente, pero aún así tiene un enorme potencial productivo. Así lo defiende en el Anuario del Foro Económico el experto Edelmiro López Iglesias, para quién la receta para salvar las explotaciones ganaderas pasa finalmente por el aprovechamiento de 130.000 hectáreas de tierras abandonadas.

Según su diagnóstico, la crisis del sector lácteo se basa en los bajos precios que se pagan por la leche y los elevados costes que soportan las explotaciones. ¿Y como reducir estos costes? Dejar de comprar los forrajes y que la alimentación de los animales se produzca en la propia explotación. Y, para ello, se necesitan tierras.

En la actualidad hay 8.500 explotaciones y 350.000 vacas de leche en 220.000 hectáreas de pastos y cultivos. El economista Edelmiro López explica que lo ideal sería mantener el mismo número de vacas, con menos explotaciones y llegar a una superficie agraria de 350.000 hectáreas. "Esto requeriría que 130.000 hectáreas actualmente abandonadas fueran incorporadas a las explotaciones agrarias", propone.

Para el director del Foro Económico, Santiago Lago, Galicia es necesario "una reforma agraria" que consiga el uso rentable de la tierra. En todo caso, advierte que no tiene por qué tocarse la propiedad, sino que la Administración "sea intervencionista" en el uso que se le da. En su opinión, una herramienta principal debe ser el banco de tierras que nació con el bipartito. "Necesitamos revitalizarlo y mejorarlo, conectando los fondos europeos dedicados al desarrollo rural al uso de esta herramienta", planteó.

Lago sitúa, de hecho, el abandono de tierras en el rural como uno de los cuatro retos más importantes que debe afrontar Galicia, junto a la crisis demográfica, la necesidad de impulsar el emprendimiento y de atraer inversión extranjera.

Este profesor de la Universidad de Vigo advierte, en el Anuario del Foro Económico, de la "extrema fragmentación" de la propiedad de la tierra. "La realidad es que emprendedores que quieran juntar algunas hectáreas para iniciar una aventura en el sector del vino o del aceite se encuentran con la necesidad de negociar con cientos de propietarios, algunos de ellos indeterminados, o que viven a miles de quilómetros de distancia", lamenta.