El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, entiende la "contrariedad" de los afectados por las restricciones establecidas en los accesos fronterizos entre Galicia y Portugal con motivo de la visita del Papa Francisco a Fátima. En su opinión, Portugal no trasladó "con la suficiente agilidad y antelación" las medidas adoptadas en la frontera y que el pasado miércoles generaron atascos y largas colas de más de una hora. Durante la jornada de ayer hubo menos retenciones que el primer día en el que dieron comienzo los controles.

El jefe del Ejecutivo gallego admitió su "sorpresa" ante las medidas adoptadas por Portugal. En un primer momento, la Guardia Civil en España anunció el cierre de fronteras, con la única salvedad de los pasos fronterizos de Tui y Verín, pero al día siguiente desde Portugal se dió información contradictoria provocando el desconcierto y el enfado de transportistas y particulares al no dejar claro si se prohibía la entrada a Portugal o simplemente se establecían controles en la frontera. Finalmente, se está permitiendo el paso pero se realizan registros de vehículos y todos los que crucen al país vecino deben presentar su documentación, lo que está ralentizando la circulación.

"Creo que no se trasladó con agilidad ni con intensidad esa decisión", recalcó Feijóo ayer tras el Consello de la Xunta.

El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, explicó que la jornada de ayer transcurrió sin incidentes ni problemas de tráfico. Recalcó que el control documental y las limitaciones de paso en ciertos puntos fueron medidas adoptadas por Portugal. "Entiendo que puedan causar molestias pero se toman pensando en la seguridad de todos", justificó.

La ausencia de retenciones de importancia fue la nota predominante en el segundo día de controles en la vía de alta capacidad Tui-Valença y en los pasos fronterizos de la provincia de Pontevedra, limitados al tráfico local y de residentes.

En la vía que conecta la A55 con la A-3 portuguesa, a través del puente sobre el río Miño, los controles fueron intensos desde primera hora de la mañana pero muy ágiles por parte de la GNR, que contó con numerosos efectivos en el punto aduanero provisional.

Durante la jornada fueron controlados numerosos camiones de mercancías y autobuses. Inicialmente se creía que el día sería más complejo que el anterior porque comenzaron a pasar, procedentes de Francia, varios autobuses con destino al Santuario de Fátima.

Las retenciones no sobrepasaron el puente, aunque en momentos se concentraron varios camiones lo que provocó una espera más larga, que no sobrepasó los 25 minutos.

También cruzaron este punto fronterizo numerosas personas que lo utilizan para dirigirse a Valença o zonas próximas, ya que existe una interrelación muy intensa entre las dos localidades como ocurre con Tomiño y Vilanova de Cerveira y Monçao-Salvaterra. Los dos puentes de estas localidades y el de Arbo-Melgaço permanecieron abiertos para tráfico local.