El restablecimiento del control fronterizo entre Galicia y Portugal por la visita del Papa a Fátima se estrenó esta pasada medianoche con malestar e indignación por parte de empresarios, transportistas y particulares debido a la falta de comunicación oficial, a las distintas versiones sobre el alcance real de las restricciones y al elevado grado de confusión, con informaciones contradictorias entre Portugal y España, con que se implantaron las medidas extraordinarias de seguridad que durarán hasta la medianoche del sábado. La Guardia Civil sostiene que el acceso al país luso desde Galicia -la salida sigue siendo libre- está cerrado en todos los pasos fronterizos menos en Tui y Verín-Chaves, mientras que el Ministerio de Interior portugués y la Guardia Nacional Republicana (GNR) aseguran que no hay tal bloqueo y que se puede cruzar la frontera por todos los puntos, pero que están sometidos, según la fuente informante sea el ministerio o la GNR, a controles y restricciones de distinto nivel, introduciendo así aún más lío al operativo denominado Frontera Blanca.

Ante esta confusa situación es a lo que reaccionan los empresarios y los transportistas gallegos, dado que no saben a qué atenerse y a que tampoco han recibido comunicación alguna de la Dirección General de Tráfico o de la Guardia Civil sobre el alcance del control fronterizo. Porque por los 16 pasos entre Galicia y Portugal pasan de media cada día más de 40.000 vehículos en ambas direcciones, más todavía los miércoles, como hoy, debido al mercadillo semanal que se celebra en Valença do Minho, muy concurrido siempre por los gallegos.

"Es sorprendente la confusión y la incertidumbre creada. Con la movilidad que hay entre Galicia y Portugal, ¿cómo se puede anunciar que se van a cerrar las fronteras y luego, a lo largo del día, ir dando distintas versiones? Eso genera confusión y cabreo. Supone trastornos económicos para transportistas y empresas que tienen negocio en Portugal y al revés. ¿No se dan cuenta? Si esto pasara en el frontera con Francia, ¿cómo habrían reaccionado los camioneros franceses?", censura el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros.

El dirigente de la patronal entiende que haya que poner controles por seguridad ante la visita del Papa, pero no hasta el punto de bloquear las fronteras, sobre todo entre ciudadanos europeos.

Desde la Federación Galega de Transportes (Fegatrans) se mantiene la misma opinión. "Estamos preocupados y enfadados. Nos cabrea porque nos afecta y todo puede acabar siendo un caos. No tenemos comunicación de Tráfico sobre el alcance de las medidas y las empresas tienen que reorganizar su flota para que resulten lo menos afectadas posibles, buscando los horarios más fáciles para el tránsito o cambiando las fechas", valora el coordinador general de Fegatrans, Alberto Vila.

Añade que sin saber con certeza cómo se aplicarán los controles, es un "lotería" que un transportista pase a Portugal, porque se arriesga a quedar bloqueado. "Ya nos pasó más veces. La Administración portuguesa actúa con improvisación, todo puede acabar siendo un desastre y al final somos nosotros quien lo pagamos", asegura Vila.

La primera información sobre el restablecimiento de las fronteras la dio la Guardia Civil, al notificar el lunes que se "cerraban" todos los accesos a Portugal salvo en Tui y Verín-Chaves, donde se establecerá un control de aduanas para identificar a los viajeros y también la carga de los vehículos.

Y a partir de ahí comenzó la confusión, una vez publicado en los medios el cierre de las fronteras como había avisado la Guardia Civil. El Ministerio de Administración Interna de Portugal aseguró ayer, a preguntas de este periódico, que no se cerraba ningún paso fronterizo y que mientras que en el nuevo puente internacional de Tui-Valença -donde ayer se instaló una aduana provisional en la A-55- y en Verín-Chaves se harían controles continuos de identificación, en los demás serían aleatorios. Sus diferencias con el Gobierno español se atribuyeron un "malentendido", sin más. La GNR mantuvo esta misma versión por la mañana, pero por la tarde dio otra distinta y más restrictiva. El tráfico general se canalizaría por Tui y Verín, mientras que en el resto -en el caso de Pontevedra por los puentes de Salvaterra, Goiáns y Arbo-, solo se permitiría cruzar por motivos laborales o de residencia y previa acreditación documental. Si no la tienen, tendrán que desviarse por Tui.

Ante esto, la Guardia Civil mantuvo su postura al asegurar que no tenía ningún dato nuevo que le llevara a reconsiderar que no se iban a cerrar los pasos fronterizos menores. Como justificación, aludió a las notificaciones previas por escrito de la GNR y a la resolución del Diario da República -el BOE español- en la que se recogen las medidas extraordinarias por la visita del Papa y se dice textualmente que como pasos fronterizos "autorizados" en Galicia se señalan solo el nuevo puente de Tui y el acceso a Chaves desde Verín, junto con otros siete puntos más en el resto de España. Por ello, entiende que los demás, al no estar autorizados para la entrada de vehículos, se consideran cerrados.

La Policía Nacional, que colabora con la GNR en tareas de vigilancia, también entiende que en Galicia solo hay dos pasos fronterizos autorizados y al igual que la Guardia Civil, argumenta que en todo caso la responsabilidad es de Portugal. Requerida al Ministerio del Interior español una aclaración sobre el alcance de los controles, declinó dar una respuesta.