Desconcierto y confusión. A los alcaldes de los concellos fronterizos, como Tomiño, Arbo o Salvaterra, les pilló por sorpresa la medida del Gobierno portugués de cerrar los pasos fronterizos con Galicia y permitir solo la entrada por Tui. A medida que cada vez más vecinos empezaban a inquietarse por las restricciones en el tráfico a partir de la madrugada del miércoles, los regidores, que no recibieron ninguna notificación oficial, se encontraron con información contradictoria entre la comunicación que hizo pública la Delegación del Gobierno en Galicia y las consultas que realizaron a la Guarda Nacional Republicana de los municipios lusos limítrofes, donde les negaron el cierre de fronteras.

En todo caso, los regidores de Tomiño y Salvaterra tacharon de "excesiva" la medida, mientras que el de Arbo, Horacio Gil, mostró su "máximo respeto" por la decidión del Gobierno portugués, si bien advirtió que se podría "flexibilizar" para que los vecinos pudieran moverse a Portugal dentro de sus rutinas diarias.

"Toda la prudencia es necesaria y hay que anteponer la seguridad, pero, con la debida cautela, tal vez fuera posible que la gente próxima a la frontera pudiera entrar en Portugal", asegura Horacio Gil.

Para la alcaldesa de Tomiño, Sandra González, la prohibición de cruzar la frontera entre Goián y Vilanova de Cerveira es "un poco excesiva" y lamentó que "va a perjudicar a los vecinos". "Ésta es la frontera más transitada entre Portugal y España y hay un tráfico habitual, diario, de gente que va a trabajar a Cerveira, que va a comprar, a la piscina o lleva a los niños a la guardería a este concello limítrofe", explicó.

El regidor de Salvaterra do Miño, Arturo Grandal, no daba crédito a la noticia. "No hay ninguna necesidad de frenar el paso, mientras haya agentes que lo puedan controlar", advirtió. "El que quiere poner una bomba, cruza a nado o en barco o está ya en Portugal desde hace un mes. Y a nuestros vecinos les provoca un perjuicio grande", lamentó.