"Para obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria será necesario superar la evaluación final y obtener una calificación final de la etapa igual o superior a 5 puntos sobre 10". Así lo establecía la Lomce hasta que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró en octubre que sus efectos académicos se suspendían "temporalmente" hasta llegar a un pacto educativo. Pero si ya no hay evaluación final que valga, hay que fijar nuevas reglas de juego para ver cómo se evalúa la letapa y quién se gradúa o no y en eso está el Ejecutivo central, que en el último borrador expuesto en su web al respecto explicita que los estudiantes pueden titular con dos asignaturas suspensas, pero no incluye que deban tener "una calificación final de la etapa igual o superior a cinco puntos".

Sí lo consideraba, indicado así, en un anterior borrador, pero el Ministerio de Educación desechó la opción y maneja ahora la alternativa a la que las autonomías dieron luz verde "por unanimidad" en la mesa sectorial del 30 de marzo y que en la práctica se parece mucho a cómo operaba hasta ahora la ESO conforme a la anterior ley: quedan al margen puntuaciones mínimas y lo que pesan son las no aprobadas, aunque las asignaturas que se pueden suspender se rebajarían de tres a dos y además se especifica cuáles son, lo que no ocurría en la normativa vigente, si bien los docentes ya tenían en consideración si eran o no materias troncales.

Así, hasta este curso, en que por fin se implantaba la Lomce en los cursos pares -como 4º de ESO-, lo que se aplicaba en Galicia para evaluar al alumno de la etapa era una orden de 2007 que establece que titulan en ESO los que aprobasen todo o, en su defecto, finalicen la etapa "con evaluación negativa en una o en dos materias, y excepcionalmente en tres, siempre que el equipo docente que imparte en el grupo considere que la naturaleza y el peso de estas en el conjunto de la etapa no le impidió alcanzar las competencias básicas y los objetivos de etapa".

En el borrador del Gobierno, que debe pasar por el Consejo Escolar del Estado y el Consejo de Estado antes de ir al Consejo de Ministros, se afirma que recibirán el título de graduado en ESO los alumnos que "hayan obtenido una evaluación, bien positiva en todas las materias, o bien negativa en un máximo de dos, siempre que estas no sean de forma simultánea Lengua Castellana y Literatura" -o las cooficiales, como el Gallego- "y Matemáticas". Aunque la media de la etapa constará en el título, ya no hay nota mínima, pese a que una de las bases de la Lomce de Wert era reconocer el "esfuerzo". Desde el Gobierno defienden que una vez aplazado el carácter académico de las reválidas (la de 4º se realizará pero será muestral y la de Bachillerato es la nueva selectividad), las condiciones se quedan como estaban, lo que también señala la Xunta, que apunta cómo el Gobierno mantiene la "situación actual" para titular en ESO y Bachillerato (donde hay que tener una evaluación positiva en todas las materias los dos años).

Reacción de los padres

Fernando Lacaci, vicepresidente de la Confederación de Anpas Galegas, ve "positivo", a título personal, "todo lo que sean facilidades para que los estudiantes puedan continuar". Con todo, añade que hay que "darles ayudas" concretas a los escolares con suspensos para llevar el Bachillerato y sus exigencias. "Hay que potenciar a los niños para que superen todas las fases del sistema y poner los medios para eso", defiende.

Anxo Louzao, de CIG-Ensino, defiende que antes de la Lomce no hubo problemas. No se fijaban materias concretas, sino que"tenía la decisión el equipo docente"; lo que le parece "más acertado" que la nueva propuesta, que le deja "muy poco margen de actuación" y además supone una muestra de "improvisación".

Julio Díaz, del sindicato ANPE, critica que una normativa "de este calado" no se debata con el profesorado, que es el encargado de aplicarla, y supone "cambiar las reglas de juego a mitad del partido". Para eso, alega, "no tienen sentido hacer una nueva ley, con volver a la anterior, ya está". "Debe haber un esfuerzo", reclama.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos, Alberto Arriazu, afirma que lo "lógico" tras eliminar la reválida era dejar la obtención del título de ESO como estaba, como hace el Gobierno, pero lamenta que "a un mes de acabar el curso", aún no hay una norma aprobada.