La deuda pública de la Xunta alcanzó el pasado año los 10.854 millones de euros. Es un 4,6% más que al cierre de 2015. El aumento se sitúa por debajo del crecimiento medio de los créditos entre las comunidades, un 5,1%, según los datos que acaba de publicar el Banco de España.

Aunque el pasivo de Galicia marca de nuevo un récord en cantidades absolutas, con 479 millones más que un año antes, en función del tamaño de su economía, que es como se mide el techo del endeudamiento, se sitúa en el 18,7% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 18,9% y el 18,8% que marcó en los dos primeros trimestres de 2016.

Galicia es la sexta comunidad menos endeudada en comparación con su PIB. En el conjunto de las autonomías llega al 24,9%, con un total de 276.899 millones de euros. A la cabeza están la Comunidad Valenciana, con un endeudamiento equivalente al 42,5%; Castilla-La Mancha, del 37%; Cataluña, con un 35,4%; y Baleares (30,1%). Las que acumulan menor cantidad de préstamos y emisiones en los mercados son Madrid (14,4%) y País Vasco (14,5%).

La entrada de Galicia en el Fondo de Facilidad Financiera, que es el mecanismo de liquidez habilitado por el Ministerio de Hacienda para los territorios que cumplen con el objetivo de déficit, deuda y plazo legal de pago a proveedores, ha provocado cambios importantes en la estructura del endeudamiento público de la comunidad. De esos casi 10.900 millones, la financiación a cargo del Estado suma 3.384 millones de euros, el 31,2% del total.

Los instrumentos de liquidez han vuelto a estar en el centro de la polémica estas últimas semanas, después de conocerse la posibilidad de que la reforma de la financiación autonómica incluya quitas en la deuda de las regiones con desequilibrios en sus cuentas y que, por lo tanto, están adheridas al otro mecanismo, el FLA. Los ministros de Hacienda y de Economía confirmaron que es uno de los planteamientos en estudio. La Xunta ya adelantó que está en contra de que vaya adelante.