Antes de la crisis, los ayuntamientos tenían en el sector de la construcción una gran fuente de financiación. Todo lo que oliese a ladrillo engordaba sus arcas. Pero ahora, esos ingresos son prácticamente residuales. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la enajenación de inversiones reales que realizan los concellos. O dicho de otra forma, los ingresos que reciben por la venta de suelo, otras propiedades, además de los aprovechamientos que por ley les corresponde cobrar.

En 2015 los municipios gallegos recaudaron por este concepto 4,5 millones, según el último balance de ejecución presupuestaria que ha publicado el Ministerio de Hacienda. Si se compara con el año anterior la cifra casi se duplica ya que en 2014 el importe había sido 2,4 millones y con respecto a 2013 también aumentó porque recaudaron 1,9. Pero estos ingresos son prácticamente residuales si se comparan con las cantidades que percibían antes de la crisis. Por ejemplo, en 2006 fueron 34,6 millones y en 2007, 33,6, lo que supone siete veces más que en la actualidad.

Desde entonces se ha producido un abrupto descenso de las cantidades que se embolsan los concellos por la venta de terrenos y propiedades. Tocaron suelo en 2012 cuando los ingresos se quedaron en unos raquíticos 1,7 millones. Desde entonces, y coincidiendo con la tímida recuperación económica, esta partida ha encadenado tres subidas consecutivas, aunque aún sigue siendo muy escasa: 1,9 millones en 2013; 2,4 en 2014 y 4,5 en 2015.

El impacto de estos ingresos en los presupuestos municipales en la actualidad es reducido. Antes de que estallase la crisis llegaron a representar más del 1,5%. En 2015 fueron del 0,19%. Es el capítulo de los ingresos con menor contribución: 1,6 euros por habitante, frente a los más de 12 que suponían antes de que comenzase la recesión.

Pese al incremento de la partida por la enajenación de inversiones reales, el ejercicio 2015 no fue el esperado por los ayuntamientos. Habían presupuestado inicialmente unos ingresos, según los datos de Hacienda, de 5,4 millones, lo que sería duplicar la partida recaudada en 2014. Una segunda previsión elevó esta cantidad hasta los 8,5 millones, casi cuatro veces más que en 2014. Finalmente, fueron 4,5 que si bien casi duplica la cifra del ejercicio anterior, es casi la mitad de la que se había presupuestado.

¿Y en 2016? El Ministerio de Hacienda aún no ha cerrado la liquidación presupuestaria de los concellos del pasado ejercicio, pero habían presupuestado para ese año unos ingresos de 3,5 millones, un 22% inferior a la cantidad que recaudaron finalmente en 2015.

El incremento de la partida correspondiente a la enajenación de inversiones reales que se produjo durante 2015 no afectó de la misma forma a todos los municipios. Los únicos que bajaron la recaudación con respecto a 2014 fueron los de menos de 5.000 habitantes, que también son los más numerosos con 200 ayuntamientos. La caída fue del 83% al pasar de 868.000 euros a poco más de 143.000. El resto de concellos aumentó las cifras, aunque con diferente vigor. En los que tienen entre 5.000 y 20.000 habitantes (93 municipios) el incremento fue de solo el 4,5% al pasar de 1,35 millones a 1,4.

Los que tienen entre 20.000 y 50.000 residentes (15) la subida fue del 29% aunque sus cifras totales de recaudación fueron muy bajas: 189.000 euros en 2014 frente a los 245.000 de 2015.

Vigo, A Coruña y Ourense

Pero el gran aumento se produjo en los tres municipios de más de 100.000 habitantes: Vigo, A Coruña y Ourense. Y es precisamente el primero el que absorbió la casi totalidad de los 2,616 millones que recaudaron por este concepto durante 2015 estos tres ayuntamientos. En total Vigo se embolsó 2,614 millones gracias a una finca para construir la Cidade da Xustiza. Sin esta partida, la recaudación por la venta de suelos y propiedades de todos los concellos habría sido de 1,9 millones, inferior a la de 2014 y similar a la de 2013.