Un año después de entrar en vigor la obligación de rematar el exterior de las viviendas, miles de casas siguen igual. La reforma de la Lei do Solo dejó en manos de los concellos sancionar a los dueños que no finalicen sus fachadas con hasta 25.000 euros, pero no es el camino por el que apuestan ni la Fegamp ni la Xunta, que abogan por aplicar antes la "pedagogía". En una reunión con la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, el presidente de la Fegamp, Alfredo García, apostó por hacer antes un censo de casas inacabadas por concello y convencer a los dueños de que terminarlas por estética y por ley.