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Examen al absentismo laboral

La inspección obliga a 16.700 trabajadores gallegos de baja a incorporarse a su trabajo

Sanidade realizó 20.686 revisiones en 2016 -Se revoca la prestación al detectarse un fraude o dictaminar que la dolencia no es tan grave como para ausentarse del trabajo

Examen al absentismo laboral en Galicia

Las bajas laborales en Galicia cuestan a las arcas públicas unos 150 millones de euros al año. Se trata de un gasto cuantioso sobre el que la Seguridad Social ha puesto la lupa, tanto para reducir costes y garantizar la sostenibilidad del sistema como porque es recurrente la picaresca de algunos trabajadores que fingen alguna dolencia o alargan su baja más de lo necesario. Desde el inicio de la crisis se han extremado los controles para atajar este tipo de absentismo laboral. Y en Galicia es la inspección médica, dependiente de la Consellería de Sanidade, la que se encarga de supervisar las incapacidades temporales. El resultado es que una aplastante mayoría de trabajadores no pasan el filtro de los inspectores. De las 20.686 revisiones realizadas el pasado año, se obligó a un total de 16.767 empleados a reincorporarse de nuevo a su puesto de trabajo.

Según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade, el pasado año se concedieron 178.009 bajas y se dieron 175.521 altas. Y casi una de cada diez altas fueron obligadas por la inspección médica.

Aunque corresponde al Instituto Nacional de Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Empleo, gestionar y abonar las bajas laborales de los trabajadores, se delega en las comunidades autónomas las tareas de control e inspección y cada año se pacta un plan de actuaciones que viene acompañado de una partida económica que, en el caso de Galicia, ronda los 19 millones de euros anuales. Sin embargo, el 40 por ciento de esta financiación está condicionada al cumplimiento de una serie de objetivos.

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En la comunidad gallega son las Unidades de Saúde Laboral las que asumen los controles sobre las bajas laborales. Los inspectores pueden personarse en el domicilio de los trabajadores para comprobar su situación o citarlos para valorar su estado. Además se entrevistarán con los médicos de Atención Primaria y revisarán sus procesos de incapacidad temporal en caso de que encuentren tachas o consideren que conceden demasiadas bajas. Estos funcionarios tienen potestad además para requerir nuevos informes médicos sobre el paciente si no están conformes con los que hay.

La inspección médica presta especial atención a aquellos trabajadores que cogen bajas de forma recurrente o que llevan demasiado tiempo ausentes del puesto de trabajo. Se revisan sobre todo los procesos que superan el tiempo medio que la Seguridad Social marca para cada tipo de dolencia.

En todo caso, en los últimos planes de control, se extremó también la vigilancia sobre las bajas de menor duración, tales como catarros, gripes o pequeños esguinces.

Pero no solo actúan de oficio. Los inspectores pueden intervenir a petición de las mutuas o incluso de la empresa para la que trabaja. Hasta 2014 estos funcionarios cobraban incentivos por dar altas, pero una sentencia de la Audiencia Nacional obligó a suprimir estos pluses.

En Galicia la inspección médica obliga a reincorporarse al 80 por ciento de los trabajadores que revisa, un porcentaje muy elevado si se tiene en cuenta que en España -según los últimos datos correspondientes a 2015-, solo se revocan cuatro de cada diez bajas laborales que se controlan.

En ocasiones se trata de bajas fraudulentas, pero en otros casos simplemente puede tratarse de una disparidad de criterio con el médico que concedió la incapacidad temporal o un exceso de celo por parte del inspector que considera que el paciente no está tan grave como para ausentarse de su puesto de trabajo. Y en esa situación siempre prevalece la decisión de la inspección médica.

El Gobierno reforzó el pasado año el papel de las mutuas en el seguimiento del trabajador de baja. Aunque la última palabra la sigue teniendo el médico de la Seguridad Social, las mutuas pueden solicitar al trabajador que pase para un reconocimiento y proponer el alta del trabajador, que en última instancia decidirá la inspección de la Seguridad Social.

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