Mientras los empresarios catalanes y valencianos llevan más de una década actuando como un grupo de presión y hasta cuentan con un lobby creado formalmente para defender el corredor ferroviario del Mediterráneo y exigir su ejecución al Gobierno central, los del Noroeste peninsular acaban de iniciar su singladura para reclamar lo mismo en el Corredor Atlántico y también quieren contar con un lobby en Bruselas para evitar que el cuadrante noroeste de la península quede discriminado en la nueva planificación de fondos europeos. Pero las diferencias entre unos y otros son muy notables, empezando porque los empresarios gallegos, asturianos, cántabros y leoneses arrancan con doce años de retraso con respecto a la experiencia acumulada en la otra orilla de España. "Ellos llevan doce o trece años de experiencia y lo han hecho bien, de forma eficaz y práctica", admite el director de la Federación de Empresarios de Asturias (FADE), Alberto González, que también ejerce como secretario de la Plataforma para el Impulso de la Logística en el Noroeste.

El objeto de esta asociación es reclamar al Gobierno central la modernización de la línea ferroviaria y la conexión de los puertos de Galicia, Asturias y Cantabria con el llamado Corredor Atlántico que conecta Lisboa con Hendaya para potenciar, sobre todo, el tráfico de mercancías con Europa y entre las instalaciones portuarias.

El desarrollo de esta red de transporte se quedó fuera de la planificación, pero ahora hay una nueva posibilidad de que el Ministerio de Fomento lo proponga a la UE para acceder a los fondos comunitarios del programa Conecta Europa. En principio, el plazo para presentar nuevos proyectos concluye el próximo día 27, de ahí que los empresarios del Noroeste decidieran crear su propia plataforma reivindicativa y solicitar una entrevista, cuya fecha aún está pendiente, con el ministro, Íñigo de la Serna, para conocer qué proyectos concretos del Corredor Atlántico llevará a Europa y demandar que el Noroeste no quede discriminado ni sufra agravios frente al Mediterráneo.

"Pedimos equidad en el despliegue de los recursos. Sería un agravio comparativo flagrante si se vuelcan todos los recursos en el Mediterráneo y se abandona el Noroeste del país", advierte Alberto González.

Y de la misma forma que los empresarios del Mediterráneo actúan a través del lobby Fermmed, los gallegos, asturianos, cántabros y leoneses también plantean crear el suyo propio en Bruselas como elemento adicional de presión. "Otros son mejor conocedores del funcionamiento de Europa y de la dinámica en la toma de decisiones. Esto es un problema que tenemos que corregir para no perder más oportunidades", asegura Alberto González.

"El lobby sería para no quedar aislados ni discriminados", sostiene el secretario de la Confederación de Empresarios de Lugo, Jaime López Vázquez, y uno de los impulsores de la plataforma.

Pero las diferencias entre un grupo de presión y otro son sustanciales. Las principales, que los del Mediterráneo llevan más de una década ejerciendo y que ya han conseguido variar el trazado inicial del Corredor Mediterráneo, que al principio iba más por el centro de la península. Y otra, el apoyo que tienen detrás. De hecho, el pasado lunes reunieron en Tarragona a unos 300 industriales de Cataluña y Valencia para exigir al Gobierno la modernización de su corredor ferroviario. Entre los presentes estaban el presidente del grupo Godó, Javier Godó, o el principal accionista de Mercadona, Juan Roig.

Por contra, la plataforma del Noroeste tiene de momento el respaldo institucional de las organizaciones empresariales de Galicia, Asturias y Cantabria, así como la de León y de algunas cámaras de comercio. Pero aún no han hecho ninguna manifestación de fuerza ni tampoco se le han unido a sus reivindicaciones empresarios de las principales firmas de sus territorios, como sí ocurre en el Mediterráneo.