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¿Qué despeja Vistalegre II en Galicia?

La victoria de Iglesias refuerza el liderazgo de Carmen Santos en Podemos y apuesta por la confluencia con En Marea sin concreción - Las bases decidirán las alianzas electorales

Carmen Santos, centro, durante una asamblea sobre la alianza electoral gallega en julio. // O. Corral

La segunda asamblea de Podemos, celebrada en el pabellón de Vistalegre el pasado fin de semana, se había convertido en el Rubicón de Íñigo Errejón para calibrar el poder de Pablo Iglesias y tratar de influir en el rumbo del partido. La victoria de este último no solo deja en el aire el futuro político del aún número 2, sino que también genera consecuencias en Galicia, donde Carmen Santos sale reforzada como secretaria general frente a unos heterogéneos críticos, grupo no limitado a los errejonistas. Sin embargo, la apuesta por las confluencias como En Marea del documento ganador no solventa cómo relacionarse a partir de ahora con el nuevo partido instrumental.

Para comprender el galimatías en que se ha ido convirtiendo el espacio rupturista, es necesario recordar que Podemos rechazó diluir sus siglas en las municipales de 2015 y apoyó desde fuera "candidaturas del cambio" como las de Santiago, A Coruña, Ferrol o Barcelona. En las generales apostó por las coaliciones y mantener sus siglas visibles, opción que defendió hasta que, al borde de romper con los integrantes de En Marea, aceptó enterrar su marca en las autonómicas gallegas de septiembre.

En el horizonte aparecen las municipales de 2019 y las generales y autonómicas de 2020 -lo que provocaría que Galicia perdiese el ciclo electoral propio- y Podemos parece querer mantener las alianzas, pero con protagonismo. "De cara a las elecciones municipales y autonómicas, necesitamos, además, que nuestra organización llegue a cada barrio, a cada pueblo y a cada valle", establece el documento político de Pablo Iglesias aprobado como guía del partido.

Ese matiz se combina con una apuesta decidida por las alianzas. "Las confluencias, las uniones voluntarias de gente que viene de diferentes sitios, son la garantía para poder articular una red amplia", añade antes de apostar por la "unidad en la diversidad".

El punto de vista sobre las alianzas resulta clave en Galicia, pues Podemos ha anunciado su intención de potenciar su implantación local, proceso que coincide con el intento de desarrollo municipal de En Marea y las mareas locales. Además, Santos defendió la coalición que quería el aparato estatal frente a unos críticos proclives a las alianzas sin condiciones.

La última palabra para decidir cómo se acude a las urnas en el futuro la tendrán las bases de Podemos "de manera soberana en cada territorio". Será necesario tener el aval de dos tercios de las bases y los círculos y además se obligará a detallar las condiciones de la alianza y el programa, al revés de lo sucedido en Galicia.

La otra lectura de Vistalegre pasa por Santos, en minoría en el Consello Cidadán Autonómico. De momento, ya ha pedido "lealtad" a un sector en que se combinan errejonistas, anticapitalistas y también pablistas, por lo que la fractura no reproduce exactamente la brecha estatal con bandos claros. Curiosamente, la lista de Iglesias incorporó a la dirección a José García Buitrón, uno de sus rivales pasados.

La secretaria general autonómica cuenta con el as en la manga de adelantar comicios internos, a pesar de haber alcanzado el puesto hace un año, para aprovechar la coyuntura. Sin embargo, descarta esa vía, según las fuentes consultadas, y prepara un llamamiento interno a la unidad, pero condicionada a la lealtad al rumbo que marque la dirección.

Gómez-Reino

De momento, los críticos reclaman "pluralidad". Así lo pidió ayer el diputado de En Marea Antón Gómez-Reino, pablista pero opuesto al liderazgo de Santos, al reclamar peso en el rumbo gallego de Buitrón y de su compañera en el Congreso Ángela Rodríguez, a la que avaló en las primarias gallegas por el timón del partido. "Hay dos personas relevantes en la dirección estatal y eso se tiene que cristalizar en el trabajo político en Galicia", destacó ayer. También tendrán asiento en la dirección estatal Carmela Docampo, de O Barco y afín a Santos, y el exmilitar Julio Rodríguez, Héctor Juanatey y Pablo Fernández.

A Vistalegre también se refirió ayer el portavoz de En Marea en el Parlamento gallego, Luís Villares, quien considera que el proceso supondrá un paso hacia "una confianza renovada en los procesos de unidad popular". "En Galicia llevamos ventaja", añadió sobre el ensayo de alianzas novedosas desde 2012.

La comunidad, ausente en la "tensión plurinacional"

  • Pablo Iglesias no matiza la conocida concepción del Estado por parte de su partido. "Para nosotros, España es plurinacional", escribe. Tampoco oculta que prefiere el mantenimiento de la unidad con otro sistema político y defendiendo el "derecho a decidir". Sin embargo, a la hora de abordar la cuestión el documento político que será la hoja de ruta de la formación olvida a Galicia, aunque sí cita los resultados de En Marea y a AGE como adelanto de una nueva política basada en las confluencias "bajo el liderazgo de Xosé Manuel Beiras".A la hora de explicar la génesis del "régimen del 78" surgido tras la dictadura de Franco indica que el sistema político "fue capaz de resistir la tensión plurinacional característica" de España y a la hora de abordar ejemplos se ciñe a Cataluña y Euskadi. En el primer caso, señala como "clave un sistema de reconocimiento mutuo entre las élites españolas y las catalanas, que se articularon políticamente en torno a CiU". En el segundo, se refiere a la "hegemonía política del PNV" como aval del "orden institucional" y añade que el terrorismo de ETA, "a pesar de su intensidad en algunos momentos, nunca puso en juego de forma definitiva la capacidad de acción del Estado".

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