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Los gallegos eligen atardeceres y playa para vender Galicia

Cuelgan más de 1.400 fotografías de sus sitios favoritos en una web para atraer turistas -Prefieren naturaleza a la ciudad

Si en Oriente algún territorio presume de ser el país del sol naciente, en Galicia lo que se lleva es alardear de atardeceres. Quizás tenga algo que ver ese estudio firmado por el científico Jorge Mira que asegura que un par de meses al año la costa gallega es el escenario del último ocaso de la Europa continental, o quizás se deba a la idea de que del día también hay que aprovecharlo todo, hasta el último minuto. El caso es que hay una especial afición de los gallegos por el crepúsculo y la web "Presume de Galicia" lo fomenta.

Esta página está pensada para eso, para que los interesados puedan jactarse de sus sitios favoritos de Galicia, las personas que les hayan marcado o la comida que más hayan disfrutado, y su objetivo es que los turistas tengan una referencia en primera persona de "experiencias turísticas reales". En la página, que entre las redes sociales y su web reúne más de 121.000 seguidores, "cualquier actividad" que haga sentir al interesado el estar en un "sitio especial" vale. Tras la idea está el Clúster de Turismo de Galicia y sus principales usuarios, que compiten por lograr más aplausos que el resto y optar al premio -estancias de hotel- que la entidad reparte cada mes, no son turistas, sino gallegos. Para ser exactos, gallegas y jóvenes.

Puente de Rande desde Cesantes, "Santando o solpor", imagen ganadora de octubre. //Nuria García Pinto

El resultado demuestra que refranes como el de "dime de qué presumes y te diré de lo que careces" no tienen validez a este lado del Padornelo. Los atardeceres, casi todos con vistas al mar, se prodigan tanto en las imágenes que da la impresión de que Galicia viva en un crepúsculo permanente. En total, la categoría "puestas de sol para olvidarse del mundo" reúne más de 300 fotografías, una de cada cinco de las colgadas en una web que supera las 1.400. Pero a los gallegos esa etiqueta se les queda pequeña y cuando los invitan a subir instantáneas de "playas para soñar" también las prefieren a última hora, cuando los vestigios humanos se borraron de la arena. E incluso cuando les retan a indicar "lugares para perderse" no se resignan a que la descarada luz diurna deslumbre sus sueños. En muchos fotogramas eso es lo que quieren reflejar. Hablan de sitios que invitan a soñar, de paraísos, de bosques encantados y mágicos.

Las fotografías de la web muestran que si Galicia fuese un desierto se evaporaría la principal fuente de inspiración de los gallegos, porque si Galicia fuera novela, el agua sería su principal protagonista. De las fotos también. Y si en las de playa manda el mar, cuando la propuesta incluye el verbo "perderse", no es raro que el relevo lo tome el interior y salga de su escondite el verde y el país de los mil ríos.

Lo que refleja también la iniciativa es que ciudades o pueblos los justos. Los turistas vienen a Galicia por la naturaleza y la gastronomía y los gallegos parecen compartir la primera premisa. La segunda tendría cabida en la categoría "la cultura más riquiña del mundo". Pero a pesar de que cada gallego lleva a un crítico gastronómico dentro y haya tantas fiestas gastronómicas como microclimas, parece que lo de comer bien se da por sentado. Bajo esa etiqueta solo hay unas 150 imágenes y la comida ni siquiera gana, sino que compite con hórreos, gaitas, el entroido o el animal totémico (y productivo) de los gallegos, la vaca.

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