A partir del 1 de marzo se volverán a incorporar al servicio de extinción de incendios más de 600 trabajadores fijo discontinuos con el objetivo de "reforzar los trabajos de prevención" antes de iniciarse "la precampaña de la primavera".

Es una medida que se adopta cada año antes, pero que en esta ocasión se produce tras un invierno especialmente seco, del que la comunidad aún no ha logrado recuperarse totalmente pese a las últimas semanas de lluvias y temporales, de manera que si permanece el bajo nivel de humedad y precipitaciones podría elevarse el riesgo de incendios, que ya fueron numerosos durante los meses de diciembre y enero.

Según explica Medio Rural, estos brigadistas se incorporan "de acuerdo con las necesidades de programación y planificación y en función de las circunstancias climatológicas presentes y previstas". Son empleados nueve meses y permanecerán en el servicio activo hasta noviembre.

Estos bomberos forestales pertenecen a las categorías de "jefes de brigada, peones, peones conductores, oficiales de defensa contra incendios, conductores de motobomba, emisoristas y vigilantes".

De ello informó ayer la Consellería de Medio Rural, que además aclaró que la reincorporación de estos 621 brigadistas ya ha sido trasladada ya a sus representantes sindicales.